La compañía National Advisor Bureau, localizada en Abu Dabi, ha trazado un plan para llevar icebergs gigantes desde las islas Heard, Antártida, hasta Emiratos Árabes (más de 9.000 kilómetros de trayecto).
El motivo seria calmar la sequía que sufre la zona, además de suministrar agua de calidad que sustituya la proveniente de las desalinizadoras. Si todo sigue el ritmo planeado, a mediados de 2019 esto podría hacerse realidad por increíble que parezca.
Las contradicciones acerca del tema comienzan con las barreras que habría que superar para que esto fuera posible: legales, financieras y logísticas. Para los expertos el transporte de un iceberg se traduce en un derroche extremadamente alto de energía. Si bien la idea puede ser viable, también “sería necesario trasladar un gran volumen de icebergs para que las pérdidas por fusión durante el transporte no mermasen en exceso el volumen de agua sólida que tiene que llegar al destino”.
Miquel Canals, catedrático de la Universitat de Barcelona, apunta también que los icebergs elegidos para el “viaje” deberían ser lo suficientemente estables como para no romperse en el camino.
Con información de DMAX
