Como sabemos, lo común es que la fotografía erótica nos muestre cuerpos perfectamente delineados, imágenes donde se aprecien con detalle las líneas del cuerpo y la elocuencia de los gestos. Sin embargo, a decir de Constance y Eric, con esto se pierden la intimidad y la autenticidad que se hacen presentes en todo encuentro amoroso.
De esta manera, volviendo borrosa el objetivo retratado, los fotógrafos buscan revelar “el corazón universal de la sexualidad”, ese núcleo donde, paradójicamente, las diferencias se difuminan.
“Una mano en la espalda de tu amante es la misma sin importar la forma, edad, tamaño, color u orientación sexual. Es una de las pocas cosas que nos conectan a todos los seres humanos”, dice Constance al respecto.
Con información de avantsex.com