Raúl había escuchado las historias de la corredora del Waraira Repano, y destacó que nunca creía en ella. Se ha hablado siempre de una mujer muy sensual, que viste ropa deportiva en este lugar.
Es una mujer alta, de buen cuerpo, cabello amarillo, lentes deportivos pero se conoce por vestir ropa deportiva que no es de la época. “No creo eso, por favor la gente si inventa, aquí no pasa eso”, decía Raúl.
Aficionado a la fotografía subía la famosa montaña caraqueña para estar en forma además para hacer fotos de paisajes, aves y hasta de las ardillas. Siempre se empeñaba en que sus dos aficiones podía cumplirlas en este inmenso espacio verde.
Raúl, un viernes había llevado todo para acampar en aquel octubre de 2009. Todo lo llevaba en su bolso, y se iba solo, la familia sabía que se iría al menos por tres días y dos noches. Ya el viernes en la tarde estaba listo para salir.
Cuando Raúl va subiendo por uno de los sectores de la montaña observa a una chica de excelente cuerpo y hasta con presencia de miss. Una joven esbelta, de al menos dos décadas de edad y un cabello permanente amarillo; no se dio cuenta de los lentes de la época los cuales eran de 1990.
La corredora del Waraira Repano
Se sorprendió que la muchacha lo saludara hasta con confianza en aquel octubre. “Chamo tu como que te vas a vivir al Ávila”. La vio pasar y ni se recordó de aquella historia que cuenta la gente. “Esta catirota de donde salió, y hasta me parece que había salido en televisión”, dijo.
Ya al llegar al lugar donde siempre acampaba colocó todo y hasta la lámpara de pilas que llevaba aquel viernes. Cuando la muchacha pasó de nuevo por el lugar, Raúl volvió a sorprenderse de aquella belleza.
Comenzó a hablar con ella… y esta le dijo para ir donde estaban otros amigos y que así los conocía y compartía. Prefirió recoger todo e irse al lugar donde estaba la joven. “Allá hay más gente, es como el paraíso”, le dijo la muchacha en forma pícara.
Raúl no lo pensó dos veces para irse con ella, ya después llevaban un tiempo de camino y esta le dijo que ya venía. “Espérame aquí ya vengo”, a Raúl no le dio tiempo ni de contestar y de repente se encontró solo.
Esperó por largo rato y había quedado en un punto donde no sabía dónde estaba. “Mejor me quedó donde estoy”, la bella muchacha nunca apareció de nuevo. Al amanecer no sabía dónde estaba.
Cinco días en el Ávila
Raúl gastó las provisiones de comida en los días que estuvo en el cerro, hasta que aparecieron unos amigos a buscarlo. “Viste han pasado cinco días, y seguro viste a la muchacha que corre que hace que la gente se pierda”; le dijo uno de sus compañeros.
Desde 1980 se habla de una joven hermosa que aparece en el parque y hace que muchos de los corredores se pierdan en la montaña.
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