Eran las tres de la tarde, cuando el ingeniero Gerardo observa una extraña visión en la oficina, se sorprende ya que vio a una mujer cabello negro, de espalda caminar a una de las columnas. Se quedó inquieto, ya que había conocido a todo el mundo, menos a la mujer que vio.
No le vio la cara apenas vio que la dama salió de uno de los pasillos para quedarse detrás de una columna. Le dio oportunidad de detallar que llevaba una blusa manga larga de rayas negro y blanco y falda negra.
“Pero quién es… no me la presentaron y quedó inquieto ahora”, la extraña presencia lo dejó pensando. Incluso pensó dos veces antes de asomarse a ver si la veía otra vez. Respiró profundo y se levantó de la silla pero al llegar donde estaba la columna no vio nada.
Se quedó pensando mientras las personas seguían la faena del día en la oficina de construcción y proyectos ubicada en Valencia. Tragó grueso cuando observó que no había nadie, juraba que vio a la mujer saliendo con un celular en la mano.
Fueron segundos desesperantes, quiso decirlo a los demás compañeros de trabajo, pero prefirió ir al filtro y beber agua. Tenía apenas días en la oficina y nadie le había hablado de esa mujer.
Una extraña visión en la oficina
Gerardo se quedó tranquilo aquella tarde de marzo cuando el calor apretaba, esa noche su jefe Roberto le pidió que se quedara unas horas más para terminar unos proyectos. Ya cuando la tarde iba cayendo sintió nuevamente pasos en el pasillo.
Pero al asomarse no encontró a nadie, como vio como las hojas de papel caían al piso aunque el aire acondicionado estaba apagado. Gerardo prefirió no decir nada, hasta que una de las reuniones de cumpleaños el tema salió a la luz.
“Si hemos visto a una dama de espalda en el pasillo”, dijo una de las secretarias, prefirió no contar la experiencia que tuvo apenas fue contratado. “Siempre sale en este pasillo, pero nadie sabe si trabajó aquí o que”, dijo una de las secretarias.
Lee más informaciones en Noticias 24 Carabobo
Sigue leyendo ahora más noticias en nuestro portal: