Oscar tenía su consultorio esotérico… el brujo, se bañaba y luego se perfumaba y el olor avisaba a los vecinos que era la hora de consultar. Mientras afuera había mucha gente, pero llamaba la atención lo que decía Antonio, su ayudante…
“Atención a las señoras, Oscar solo verá hoy a las cinco primeras, las demás que vengan otro día”. Mientras habían mujeres en el lugar y muchas de ellas venían a consultarse con el “maestro de las plantas”.
Oscar y Antonio antes de empezar la consulta decían… “bueno que no nos descubra nadie y que vengan más inocentes a nuestro consultorio”. “Maestro cada día viene más gente, nos haremos millonarios”… decía Antonio.
¿Haremos?.. eso me suena al Poliedro de Caracas, para mí todo, yo te chispeo algo… decía el falso maestro a su ayudante. Antonio les comentaba a las señoras que tenían que colocar el dinero en un botellón color verde que estaba en el pasillo. Dicho Botellón estaba custodiado por dos hombres.
Las mujeres venían a consultarse sobre el amor y trabajo, pero muchas decían que los remedios no funcionaban. «Las personas tienen que darse los baños con fe para que funcione», decía Antonio.
Mientras la mala fama rondaba aquella casa ya que los vecinos destacaban que allí había algo oculto detrás de todo eso. Mientras el conocido sabio de las plantas era un hombre muy buscado.
El brujo y sus mentiras
De un cuarto salían olores de líquidos que estaban preparando los ayudantes del maestro. “Esos litros con esa agua es para un baño de plantas para que esas muchachas vayan bien en el amor”; decía Antonio a los visitantes.
Oscar por su parte, atendía corrido mientras a las afueras de la casa las personas venían a consultarse con él. Mayor curiosidad despertaba un cartel donde decía que el “Maestro” no consultaba hombres. “Yo consulto puras mujeres y muchachas para librarlas del mal de ojo».
Las mujeres salían del lugar y muchas de ellas, esperanzadas, otras como aturdidas por lo que les decía aquel hombre misterioso. Pocos sabían de donde vino y como montó aquel consultorio. Hasta que un día toda la calle quedó invadida por patrullas y autoridades.
Las personas afuera en la calle estaban extrañadas, por los señalamientos que le estaban haciendo al “maestro de las plantas” Sobre el caía una acusación de abuso a más de 17 mujeres…
La fuga…
Ese día, cuando llegaron las autoridades, los vecinos escucharon en la parte trasera como se abría una puerta que daba a una calle. Tanto Oscar como Antonio huían en una moto mientras dentro de la casa encontraban vídeos y fotos de mujeres…
Muchas damas que fueron engañadas comentaron a las autoridades lo que sucedía en aquella casa…
**Esta historia es ficticia, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia…
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