Eran aquel final de los años ochenta cuando la guerra de carteles en Colombia imperaba. Los Pepes eran los perseguidos por Pablo Escobar; en el clan entraban ex socios, paramilitares y todo aquel que quería aventurarse en ganar unos pesos.
El código en Los Pepes era claro nada de jovencitos, la mayoría estaba conformado por hombres pasados los 27 años. Fidel y Carlos Castaño lideraban la organización financiada por el Cartel de Cali. Afirman que hasta ex funcionarios de la DEA estaban contratados para ello.
El papel contra Pablo Escobar y el cartel de Medellín era claro; la policía iba a ir por un lado pero ellos debilitarían la organización. Cazar a Pablo Escobar era lo más difícil podías dar con la familia pero El Patrón estaba protegido.
De hecho la familia de Pablo Escobar incluyendo su esposa e hijos eran acosados en Colombia. Las autoridades eran prácticamente nulas ante los poderes de las organizaciones. El Cartel de Cali era la organización en contra del Patrón.
Los Pepes y la guerra contra el capo
Se comenzó a librar la persecución contra Pablo Escobar, contra todas las operaciones del cartel de Medellín. Por otro lado la organización del Patrón comenzaba la venganza; en el largo listado entraban policías, empresarios, doctores y hasta deportistas.
Cada enemigo de Pablo Escobar era clave en esa guerra tanto de un lado como del otro. De hecho hubo venganzas terribles preparadas por las organizaciones. Uno de los juegos era el doble espejo; donde colocaban a los secuestrados.
Sin saberlo eran asesinados por sus mismos hijos quienes disparaban sin saber que su padre estaba al otro lado. Pablo Escobar libró la guerra donde el apoyo tuvo que venir de afuera. Las autoridades de Colombia eran nada ante la violencia.
La batalla campal no terminó tampoco en diciembre de 1993; luego de la muerte de Pablo Escobar los problemas siguieron. Pero la huella de Los Pepes seguiría librándose creando otra guerra más adelante.
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