Rachel Hinks, una mujer británica de 43 años sufre de hipersensibilidad electromagnética, su sistema inmunológico se ve gravemente afectado por los campos electromagnéticos de señales WiFi, es decir, es alérgica a los teléfonos móviles y otros aparatos electrónicos. Cabe señalar que la ondas electromagnéticas emitidas por WiFi son más intensas que los otros porque operan a una frecuencia más alta.
Rachel Hinks se vio obligada a abandonar su casa en Chichester, West Sussex y su trabajo, para mudarse a una choza en el fondo del jardín de un amigo donde se dice que las señales WiFi no le afectan tanto.
Se conoció que esta enfermedad es generada por la exposición continuada a campos electromagnéticos y que puede dar lugar a síntomas como la pérdida de la memoria a corto plazo, vómitos, dolores de cabeza, mareos o irritación, que se intensifican cuando el afectado permanece próximo a aparatos eléctricos; como es el caso de Rachel Hinks.
Ya se han aceptado legalmente dos casos de EHS. El primero fue durante 2015 en Francia, donde los padecimientos de Marine Richard fueron reconocidos con una pensión de 800 dólares al mes durante 3 años. Más tarde, en el 2016, un empleado de una empresa de telecomuniaciones en España también fue reconocido como enfermo y obtuvo beneficios económicos a cambio.
Enfermos y expertos alertan que en pocos años la proliferación de nuevas tecnologías la convertirán en una de las grandes enfermedades del siglo XXI.
Con información de Planeta Curioso