De acuerdo a la ONG Funvenides, cada vez más aumenta el número de niños desaparecidos en Venezuela debido a procesos ilícitos efectuados en los tribunales del país.
Así indicó su director Martín Geymonat a la agencia EFE, quien detalló que recibieron 108 causas con casos de Perú, Argentina, Brasil y de Estados Unidos; de niños que no tienen nacionalidad venezolana, que no estaban domiciliados en Venezuela, trasladados de sus respectivos países a una tercera nación, utilizando los tribunales venezolanos.
Según explicó, a través de «grupos de abogados» y en complicidad con «muchos jueces, se efectúan domicilios falsos, registros escolares alterados, testigos inexistentes (…) para obtener permisos de viajes, ejercicios unilaterales de patria potestad o sentencias de custodia».
Con una «sentencia fraudulenta (…) trasladan al niño entre diferentes países (…) esto se le conoce fraude judicial”, explicó el experto, que insiste que estos no resultan casos aislados, «sino una práctica continuada».
Casos de niños desaparecidos en Venezuela
Así ocurrió con Isabel Reinando, quien constantemente se pregunta «¿Dónde está esa criaturita?».
La madre lleva cuatro año sin saber el paradero de su hija menor luego de que la Fiscalía las separó tras una denuncia de abuso sexual contra la menor por parte de su padre. Actualmente, la pequeña es considerada por la Interpol “persona desaparecida”.
En la entrada de su casa, Isabel tiene una pared repleta con fotos del último rostro que conoció de su hija Keira, cuando tenía ocho años, una caja con recortes y dibujos de la niña dedicados a su madre.
Uno de ellos corresponde a una especie de caramelo con palito violeta con ojos y boca. Hay también corazones o caballos. “Los amo, angelitos”, se lee en uno.
Hace cuatro años, Isabel recibió una denuncia por su expareja de «trato cruel y presunto abuso sexual» contra la pequeña. «Lógicamente», enfatiza Isabel, «no existía ninguna prueba que sustentara esas acusaciones».
«Me presenté en el Ministerio Público con la niña para que le realizaran pruebas físicas y psicológicas. Nos separaron de áreas (…), efectuaron la orden de aprehensión en mi contra (…) me detuvieron una noche; al día siguiente me dejaron libre. En ese momento me quitan a mi hija», explicó.
Agregó que «se la entregaron al papá y ese hombre desapareció de Venezuela«. Su expareja es extranjero y no reside en el país. Ella sospecha que la niña está fuera. «Yo sigo buscando a mi hija en todo el mundo, que se publique su foto, alguien la tiene que ver», expresó a Efe, entre lágrimas.
A Isabel, una corte venezolana le otorgó en 2019 la custodia de su hija e Interpol emitió, inclusive, una alerta amarilla para encontrarla. Sin embargo esto no le brinda consuelo. Para ella, la única justicia posible es tener a Keira de vuelta. Mientras, sigue soñando con ese abrazo del reencuentro.
«Ya se habla de un ‘combo’ (…) palabra que se utiliza en la región, un combo donde unos escritorios jurídicos ofrecen una sentencia venezolana con custodia preventiva o ejercicio unilateral de patria potestad para un niño extranjero», explicó.
«Estamos hablando de desaparición de hijos»
Por su parte, Luis Dezerega tiene más de cuatro años que no ve a su hija de nueve, «más de la mitad de su vida», lamenta. Su exmujer los separó con acusaciones «amañadas» en los tribunales.
«Hay un combo, un menú para los papás (…) resulta muy difícil comprobar ventas, cobros de favores negociados, tráfico de influencias, pero en mi caso no me cabe la menor duda», explicó a Efe este hombre que participó en huelgas de hambre para que su voz sea escuchada.
«No estamos hablando de tráfico de gasolina, o tráfico de especies o de lo que sea, no; estamos hablando de niños, niños desaparecidos, de hijos», exclamó.
Consultado por Efe, un portavoz del Ministerio Público indicó que el fiscal «no va a comentar por ahora» sobre los casos de niños desaparecidos en Venezuela.
¿Cómo están los niños? ¿Dónde están?
«Buenos días, Jhon. ¿Cómo están los niños? ¿Dónde están?», escribe todos los días Lilly Guevara al padre de sus niños de cuatro y seis años, a quienes no ve desde 2018. Un tribunal la declaró «ausente» y le otorgó la patria potestad a su expareja, un juez venezolano.
«El padre de mis hijos trabaja como juez acá en Venezuela en el Palacio de Justicia (…) y él utilizó su cargo para conseguir beneficios propios, entre ellos pedir un ejercicio unilateral de la patria potestad», agrega esta mujer de 38 años, que denuncia que los tribunales no admiten sus demandas.
Lilly asegura que resultó víctima de violencia de género; tiene exámenes forenses y un testigo presencial que lo confirma, pero su caso fue sobreseído. «Con su investidura de poder, hace abuso de poder», lamenta esta mujer, tras asegurar que no tiene miedo a denunciar al funcionario.}
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