De acuerdo a una investigación publicada en Journal of Clinical Investigation, los niveles en sangre de una enzima representarían el factor más importante para predecir qué enfermos de Covid-19 sufrirán sus formas más graves o incluso fallecerán.
Conocer ese mecanismo se puede convertir una nueva diana terapéutica para intentar reducir la mortalidad debido al virus SARS-Cov-2, indica el estudio que encabeza la Universidad de Arizona (EE.UU.).
La investigación se centró en el estudio de la enzima fosfolipasa sPLA2-IIA, para lo que el equipo analizó muestras de sangre de dos cohortes de pacientes con Covid-19. Allí vieron que la circulación de esta «puede representar el factor más importante para predecir» qué pacientes con la enfermedad pueden acabar falleciendo.
Esta enzima se encuentra en bajas concentraciones en individuos sanos. Además, se sabe desde tiempo atrás que desempeña un papel fundamental en la defensa contra las infecciones bacterianas, destruyendo las membranas celulares microbianas.
También resulta prevalente en eventos de inflamación grave, como la sepsis bacteriana, así como el shock hemorrágico y cardíaco.
Sin embargo, cuando circula a niveles elevados tiene capacidad de romper las membranas de los órganos vitales. Así lo indicó el autor principal de la investigación Floyd Chilton, citado por la universidad.
El científico explicó que esa enzima trata de matar al virus. No obstante, «en un determinado momento se libera en cantidades tan elevadas que las cosas se dirigen en una dirección realmente mala. Lo que destruye las membranas celulares del paciente y contribuye así a la insuficiencia de múltiples órganos y a la muerte».
Junto con los inhibidores de sPLA2-IIA disponibles y probados clínicamente, «el estudio respalda una nueva diana terapéutica para reducir o incluso prevenir la mortalidad por covid-19«, afirmó el coautor del estudio Maurizio del Poeta, de la Universidad Stony Brook (EE UU).
Niveles en sangre de una enzima predeciría forma más grave del Covid-19
El equipo recogió muestras de plasma almacenadas y datos clínicos de enfermos. La primera cohorte constaba 127 hospitalizados entre enero y julio de 2020. La segunda de 154 ingresados de enero a noviembre.
Aunque los autores reconocen que representaban cohortes pequeñas, el equipo analizó miles de datos de pacientes mediante algoritmos de aprendizaje automático.
Se tuvieron en cuenta los factores de riesgo tradicionales: la edad, el índice de masa corporal y las enfermedades preexistentes. Además las enzimas bioquímicas y los niveles de metabolitos lipídicos de los pacientes.
Según el estudio, el Covid-19 resultó letal en 63% de los pacientes que lo sufrieron de forma grave. También tenían niveles de sPLA2-IIA iguales o superiores a 10 nanogramos por mililitro. Por otra parte, la mayoría de personas sanas tienen niveles circulantes que rondan el medio nanogramo por mililitro.
«Muchos de los pacientes que murieron de Covid-19 tenían algunos de los niveles más altos de esta enzima de los que se tiene constancia», indicó Chilton.
El equipo investiga ahora si esta enzima se mantiene relevante y activa en los casos de covid de larga duración.
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