Oscar López Rivera, líder puertorriqueño preso desde hace 35 años en Estados Unidos por su lucha a favor de la independencia de su país, termina su condena a las 08H00 de este miércoles, por lo que estará plenamente en libertad.
«Mi espíritu, dignidad y mi honor están mucho más incólumes hoy que el día que entré a prisión» fueron sus primeras palabras a los medios de comunicación.
López Rivera fue trasladado el 9 de febrero a Puerto Rico, en reclusión domiciliaria en el hogar de su hija Clarisa, en el sector capitalino de Santurce, después de que se autorizara su regreso a la isla y en enero pasado le fuera conmutada por el presidente Barack Obama la pena a cambio de que cumpliera cuatro meses más de su condena a 70 años.
El jueves estará en Chicago, ciudad estadounidense en la que radicó desde los 15 años hasta su encarcelamiento, donde la comunidad latina le rendirá reconocimiento y pondrá su nombre a una calle en el área de Humboldt Park.
El líder tiene planificado viajar a varios países como Cuba, Nicaragua y Venezuela, entre otros, para agradecer la solidaridad que brindaron a la lucha por su liberación.
Es de recordar que el independentista, nacido el 6 de enero de 1943, fue acusado de conspiración por la justicia estadounidense tras ser vinculado con las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional de Puerto Rico (FALN), una organización que luchaba por la independencia de la isla, territorio convertido en colonia del gobierno de EE.UU. desde 1898.
Con información de Telesur