El papa Francisco redujo en los últimos años las sanciones dictadas en contra de varios clérigos involucrados en abusos sexuales a niños, estas decisiones han levantado polémica después de que se revelara que un sacerdote se benefició de estas medidas de gracia, por lo que se va a enfrentar a un nuevo juicio.
En 2012, la Congregación para la Doctrina de la Fe condenó por abuso de menores al reverendo italiano Mauro Inzoli y decretó su expulsión del sacerdocio. El clérigo apeló la sentencia y en 2014 el pontífice desautorizó al tribunal eclesiástico y concedió clemencia al párroco.
Gracias a la intervención del papa, se redujo el castigo de Inzoli a una vida de oración y a la prohibición de celebrar misa y estar cerca de niños. Además de esto, fue excluido de su diócesis y se le ordenó pasar 5 años de psicoterapia.
Pese a ello, su caso llegó a la justicia ordinaria y en junio del 2016 fue condenado por una corte criminal italiana por haber abusado de 5 menores de entre 12 y 16 años de edad. La sentencia le impuso una pena de 4 años y nueve meses de prisión.
El portavoz de Vaticano, Greg Burke, señaló a la agencia que se ha iniciado recientemente otro juicio canónico en contra de Inzoli en base a los «nuevos elementos» aparecidos en el caso.
Burke se ha expresado en favor de las políticas de indulgencia del papa Francisco, destacando que «incluso aquellos que son culpables de crímenes atroces» pueden esperar misericordia. Sin embargo, ha admitido que el pontífice es consciente de que «para muchas víctimas y sobrevivientes puede ser difícil ver que se den señales de indulgencia en esta área».
Con información de Actualidad RT