En el Vaticano no todo el mundo está contento con las reformas del Papa Francisco, demasiado liberales para los sectores más conservadores del catolicismo.
El 4 de febrero las calles de Roma amanecieron empapeladas con centenares de carteles en los que se acusaba al Papa Francisco de tirano por la serie de medidas eclesiásticas que ha venido adoptando en los últimos meses. Este troleo sin precedentes muestra las crecientes divergencias que dividen a la Santa Sede. VATUI
El Papa Francisco es popular entre los católicos de a pie, pero en el Vaticano algunos no están contentos con sus reformas, muchas de las cuales son consideradas demasiado liberales para la Iglesia católica. Uno de los puntos de discordia es su actitud ante las relaciones sexuales y la involucración de la Iglesia en los asuntos de la familia y el matrimonio.
El pontífice permitió la eucaristía para los divorciados que volvieron a casarse. Sus oponentes conservadores creen que eso socava la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio según la cual nuevas uniones conyugales se consideran adulterios.
Cardenal Raymond Leo Burke principal opositor
La cadena televisiva, BBC, nombra al cardenal estadounidense Raymond Leo Burke como uno de los críticos opositores al papa. Burke es famoso por defender las normas y tradiciones existentes y en una ocasión incluso le negó la comunión al entonces candidato presidencial John Kerry por ser proabortista.
El cardenal Burke tampoco comparte la postura de Francisco sobre la inmigración. Ejemplo de ello es la reunión que mantuvo el pasado 3 de febrero con los líderes del movimiento italiano de extrema derecha Liga Norte. Sin embargo, destaca la BBC, todavía no existen pruebas de que Burke esté conectado con la aparición de los carteles.
Con información de Actualidad RT