El poeta venezolano Tarek William Saab, renombrado por su prolífica producción literaria y lírica, desveló en Santo Domingo sus obras «En un paisaje boreal» y «Hogueras de una adolescencia intemporal».
El recinto elegido albergó la embajada de Venezuela de República Dominicana, un espacio en el cual un grupo considerable de compatriotas y simpatizantes se congregaron esta noche para disfrutar, de la propia voz del autor, una selección de los versos plasmados en ambas recopilaciones.
Los versados y novatos por igual se sumergieron en la rica narrativa de Saab mientras su poesía cobraba vida en la atmósfera del recinto. «En un paisaje boreal» transportó a los presentes a mundos lejanos y emociones profundas, mientras que «Hogueras de una adolescencia intemporal» exploró la travesía de la adolescencia en vívidos matices.
Los vínculos entre las palabras tejieron un tapiz emocional, a medida que las frases evocan paisajes y experiencias compartidas. La audiencia, cautivada por la pasión del poeta Tarek William Saab, experimentó la fusión de los momentos presentes con las memorias eternas descritas en sus páginas.
El evento representó un homenaje a la habilidad de Saab para plasmar la esencia humana en tinta y papel, y marcó una velada en la que la literatura y la comunión convergieron en perfecta armonía.
El nacimiento de Los Hijos del Infortunio
Saab cautivó a su audiencia al relatar la génesis de su magistral obra «Los hijos del infortunio». La semilla de esta historia excepcional se plantó en una conversación con Fidel Castro, quien, conmovido por el devastador terremoto en Pakistán en 2005, sugirió a Saab que explorara los campamentos médicos cubanos allí.
El 1 de enero marcó el inicio de su travesía en ese país atribulado. La experiencia fue impactante, una conmoción visual de niños huérfanos y paisajes destrozados a causa del terremoto. «Jamás borraré ese panorama desgarrador», subrayó el poeta venezolano Tarek William Saab con emoción. Fue de ese abismo de emociones que floreció «Los herederos de la adversidad», un tomo que vería la luz en más de un millón de copias.
El artista proclamó la poesía, el arte y la cultura como las herramientas que liberan tanto en lo personal como en lo colectivo. En esta velada, Saab no solo habló como poeta, sino también como defensor incansable de los derechos humanos.
En este significativo encuentro, se encontraban notables invitados, entre ellos Carina Soto, embajadora de Cuba en Santo Domingo, y distinguidos miembros de la misión diplomática.
La presencia de Saab enriqueció la velada, dejando a todos los presentes con una reflexión profunda sobre la capacidad del arte y la empatía humana para trascender fronteras y sanar heridas.
El poeta Tarek William Saab con el autor de Los Ríos de la Ira
Al destacar al autor de «Los Ríos de la Ira» y otros títulos significativos, la poetisa dominicana Chiqui Vicioso resaltó la profundidad de su obra. Así enfatizando que las imágenes que crea con su estilo único poseen una cualidad inédita.
Por su parte, Rafael Nino Félix, quien fuera vicerrector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), describió al poeta Tarek William Saab como un poeta universal y profundo. Mencionó que Saab asume el compromiso de la lucha de los pueblos, al mismo tiempo que se mantiene como un destacado escritor con una obra enriquecedora que va más allá de los límites convencionales.
Félix evocó a figuras líderes como Fidel Castro y Hugo Chávez de Cuba y Venezuela, respectivamente, argumentando que las potencias mundiales enfrentan dificultades para reconocer su grandeza como «los hombres más influyentes del mundo».
Desde la perspectiva del poeta, subrayó que Fidel y Chávez no podrían haber trascendido en la historia sin el respaldo de la poesía. Este la consideró una «compañera de lucha» invaluable.
La velada se llenó de reminiscencias y anécdotas, mientras el escritor Saab compartía lecturas de varios de sus poemas y expresaba su gratitud hacia el público, especialmente aquel de su natal Venezuela.
Durante su intervención, el poeta venezolano Saab compartió sus vivencias de la primera vez que cruzó caminos con Chávez en el cuartel de San Carlos en 1992. Además, compartió conversaciones entrañables con Fidel Castro. A quien considera un cercano amigo, y confesó su admiración inquebrantable por Simón Bolívar.
En sus palabras, Bolívar se mantiene como un símbolo constante para todos aquellos que aman a su patria, sirviendo de ejemplo de tenacidad y superación.
Noticias 24 Carabobo
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