El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, invitó este lunes al ente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), encargado de velar por los derechos humanos, a observar su polémica campaña antidrogas, que ha dejado más de siete mil muertos, hasta los momentos.
«Yo personalmente invitaré, a través de un canal oficial, a la comisión de derechos humanos de las Naciones Unidas para que abra una oficina satélite aquí«, afirmó Duterte a medios de comunicación, mientras se encontraba en una visita en Caloocan (Filipinas).
Duterte señaló que, de esta manera, los miembros de la comisión de la ONU podrán verificar si en la nación se realizan irregularidades durante las operaciones policiales en contra de la droga.
Sin embargo, el mandatario filipino ordenó, semanas atrás, que la policía lleve a periodistas en sus labores para que confirmen que cumplen con la ley.
La invitación a la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, busca dejar en evidencia que su campaña es efectiva y cumple con las ordenanzas.
Por su parte, Al Hussein indicó el pasado 11 de septiembre en el inicio del 36 Consejo de Derechos Humanos que seguía «gravemente preocupado por el apoyo del presidente (Duterte) a una política de matar a los sospechosos».
«Así como por la aparente ausencia de investigaciones creíbles sobre las denuncias de miles de ejecuciones extrajudiciales y la ausencia de procesamiento de los culpables«, señaló Al Hussein.
La polémica generada en contra de la campaña antidrogas de Duterte se debe a la cantidad de muertes (alrededor de siete mil) desde que el presidente asumió su cargo.
Según datos del 1 de julio de 2016, al 29 de agosto de 2017, la policía se atribuye 3.811 muertos y 107.156 arrestos en 70.854 operaciones.
Con información de Telesur
