Para mantener los riñones sanos, se recomienda controlar la presión arterial y la glucosa en sangre, beber suficiente agua, mantener un peso saludable. Evitar el consumo de tabaco y alcohol, limitar la ingesta de sodio y no automedicarse.
Además, es importante realizar chequeos anuales de la función renal y seguir una dieta saludable con frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras. Consulta siempre tu médico de confianza
Control de la presión arterial y la glucosa en sangre: la hipertensión y la diabetes son factores de riesgo importantes para la enfermedad renal crónica. Por lo que es crucial mantener estos niveles bajo control.
Hidratación: Beber suficiente agua ayuda a los riñones a eliminar toxinas y desechos del cuerpo, además de prevenir la formación de cálculos renales. Evita las bebidas azucaradas en exceso.
Peso saludable: el sobrepeso y la obesidad pueden aumentar la presión arterial y la glucosa en sangre, lo que a su vez puede dañar los riñones.
Mantén tus riñones sanos de esta manera
Evitar el tabaco y el alcohol: el tabaco reduce el flujo sanguíneo a los riñones, mientras que el alcohol puede causar daño renal a largo plazo.
Limitar la ingesta de sodio: el consumo excesivo de sal puede aumentar la presión arterial y, en consecuencia, dañar los riñones.
No automedicarse: el uso prolongado de ciertos medicamentos, como los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), puede dañar los riñones.
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Chequeos anuales: realizar pruebas regulares de la función renal puede ayudar a detectar problemas renales en etapas tempranas, lo que facilita el tratamiento.
Dieta saludable: una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras, puede ayudar a mantener los riñones saludables.
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