La final femenina del sábado en el Abierto de Australia representará mucho para cualquiera que la gane o pierda. Será un duelo entre las dos hermanas Serena y Venus Williams, y además de sentimientos habrá demasiado en juego.
Serena, seis veces campeona, quien venció a la croata Mirjana Lucic-Baroni, por 6-2 y 6-1 en tan solo 50 minutos, se situó a una sola victoria de recuperar el número uno del mundo, y de ganar superaría además a Steffi Graf y se colocaría a un solo título del récord del Grand Slam de Margaret Court (24).
Por su parte Venus, de 36 años, convertida ya en la mujer de mayor edad en alcanzar la final de un Grand Slam desde que comenzó la Era Open, y que derrotó a su compatriota Coco Vandeweghe, por 6-7 (3), 6-2 y 6-3, en 2 horas y 26 minutos, tendrá la segunda oportunidad en su carrera de hacerse con uno de los Slams que faltan en su historial, además de Roland Garros.
«Es mi rival más dura, nadie me ha ganado tantas veces como Venus lo ha hecho. Siento que cualquiera que gane, ganaremos las 2», señaló la pequeña de las Williams recordando que en sus 27 enfrentamientos, ella ha vencido en 16 y ha perdido 11.
Serena, quien también ganó en el último, en los cuartos de final del US Open 2015, por 6-2, 1-6 y 6-3, domina también las 2 finales del Grand Slam disputadas entre ambas, con seis victorias.
«Una Williams va a ganar este torneo», proclamó a los cuatro vientos Serena, que disputará por octava vez la final de este torneo.
Venus regresa a una final del Grand Slam por primera vez desde Wimbledon en 2009, y después de la que perdió en Melbourne contra su hermana en 2003, en el único enfrentamiento con ella en estas pistas.
La checa Hana Mandlikova, ganadora en dos ocasiones del Abierto de Australia, el último hace 30 años (1980 y 1987), entregará el sábado la Copa Daphne Ackhurst, que distingue a la campeona.
Con información del Líder