Con un discurso de ideas incluyente en su política interior y exterior, el ya presidente electo de Corea del Sur Moon Jae-in, proclamó su triunfo en las elecciones de este martes en un discurso a sus simpatizantes en el centro de Seúl.
Este miércoles se darán a conocer los resultados oficiales, aunque las encuestas dan como ganador a Moon (Partido Democrático) con un mayoría aplastante sobre sus contendores.
Los sondeos a pie de urna han concedido a Moon un 41,4% de los votos, muy por delante del candidato conservador Hong Joon-pyo, que lograba el 23,3%, y del centrista Ahn Cheol-soo, con el 21%. Ambos han admitido la derrota en sendos discursos a sus partidarios.
El triunfo progresista cierra nueve meses de turbulencia política en el país, desatada por el escándalo de corrupción que causó el cese de la presidenta Park Geun-hye, del partido conservador Saenuri y abre la perspectiva de un cambio en la política exterior surcoreana, para abrirse al diálogo y a las relaciones económicas con Corea del Norte.
“Esta es una gran victoria de gente magnífica que me apoyó para crear un país de justicia… en el que imperen las leyes y el sentido común”, ha sostenido Moon entre los vítores de sus correligionarios. El presidente electo tomará posesión de su cargo este mismo miércoles, después de unas elecciones anticipadas con un elevadísimo nivel de participación: según la Comisión Nacional Electoral ha alcanzado el 77,2 %.
Una de sus primeras pruebas de Moon será la selección de un primer ministro, algo que requiere el visto bueno de un Parlamento en el que su partido carece de mayoría.
Entre sus tareas se encuentra modelar la política hacia Corea del Norte. A diferencia de su predecesora conservadora, Moon propone una estrategia que combine la apertura de un diálogo con el mantenimiento de las sanciones, y ha comentado que visitará antes Pyongyang que Estados Unidos. Defiende también el establecimiento de relaciones económicas con el norte, una política que puede enfrentarle con unos Estados Unidos que ven con preocupación el programa de armamento nuclear y de misiles de Kim Jong-un y deseosos de una mayor presión internacional que obligue al régimen a abandonarlo.
Con información de El País