Los centenares de terremotos de escasa intensidad que afectan desde el fin de semana a la isla española de La Palma, en las Canarias, y al volcán Cumbre Vieja, que si llegara a hacer erupción, tendría consecuencias devastadoras para el sur del Reino Unido y el noroeste de África.
Según el Instituto Geográfico Nacional de España (IGN), la isla sufrió entre el pasado viernes y el sábado 44 sismos, el mayor de los cuales alcanzó 2,7 grados en la escala de Richter. El domingo, otro terremoto alcanzó los 2,7 grados y el lunes se produjo otro que llegó a los 2,1.
Los especialistas aseguran que centenares de movimientos más afectaron a las Canarias, pero su escasa magnitud impidió su medición. Ni siquiera los 86.000 habitantes de La Palma sintieron los sismos, ya que se registraron a unos 28 kilómetros de profundidad.
Los movimientos sísmicos se registraron en los alrededores del volcán Cumbre Vieja, dormido desde 1971. Según expertos, la fuerte actividad del volcán podría repercutir en el océano Atlántico y provocar un megatsunami con gigantescas olas de hasta 600 metros de altura que avanzarían a gran velocidad rumbo al noroeste africano y al sur del Reino Unido, que quedarían sumergidos en cuestión de horas.
Tratando de disminuir la alarma, David Calvo, del Instituto Volcanológico de Canarias, aclaró que «no hay nada de qué preocuparse», ya que «el enjambre» de temblores «es algo que ocurre en los volcanes activos y La Palma es el sistema más activo de las Canarias».
Sin embargo, reconoció que lo sucedido es una «especie de llamada de atención para realizar más estudios».
Con información de Actualidad RT