Ronny, Yeison, Mariana y Augusto veían desde pequeños una edificación abandonada pero lejos de verla como un juego de niños para explorar, querían conocerla. Fue así como un día planearon entrar al lugar el cual estaba inconcluso.
El edificio iba a ser un centro comercial enorme de varios pisos, entraban y se quedaban en el lugar. “Ya hemos conocido esto de día, pero ahora lo haremos de noche”, armaron un plan para quedarse una noche en la edificación.
El alumbrar con linternas y dormir allí… agitaba sus corazones los cuales latían de la curiosidad por estar allí. “Ya estamos aquí, pero nos separaremos somos cuatro y cada uno queda en un piso”, dijo Yeison. Todos se fueron a un resguardo en el mismo edificio.
Yeison precisamente cuando estaba en una bolsa de dormir, escuchó pasos cercanos, se imaginó a alguno de los jóvenes. Pero nadie había en el pasillo, “no me vayan a asustar”, decía Mariana que estaba en uno de los pisos.
Cuando avanzaba la noche escucharon un grito en el pasillo y todos se pusieron en alerta, pensaron que había un intruso en el lugar; pero tampoco había nadie en el pasillo. ¿Quién gritó?. Los jóvenes decidieron reunirse en un solo piso.
La edificación abandonada
Escuchaban murmullos como pasos en el lugar, además como si corrían en la vieja edificación. Estaban sumidos en el miedo cuando escucharon una risa desde las escaleras; en ese momento sentían como si se iban a desmayar.
“Apenas amanezca bajamos, no podemos bajar ahorita, todo está oscuro y podemos caer por las escaleras”, decía uno de los jóvenes. Mientras avanzaba la noche, escucharon pasos y una linterna, mientras escuchaban pasos.
Se sorprendieron de ver a un hombre con una linterna y alumbrándoles el rostro… ¿Qué hacen ustedes aquí?. “Nada solo vinimos a hacer un reto en este edificio”… El hombre los ayudó a bajar en horas de la madrugada. ¿Y quién es usted?, dijo Mariana, “baje joven es peligroso estar aquí”; decía el hombre al cual poco le veían la cara en la oscuridad.
“Nunca suban aquí, ni de día y menos de noche”, decía el hombre… “yo llevo años aquí solo”. Los jóvenes escuchaban atentos la voz de aquel hombre… Decidieron no decir nada a nadie… pero se enteraron semanas después que la construcción de la torre se había detenido por razones aun desconocidas.
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