Era la tarde del 26 de enero de 1985, todo el país esperaba la Primera Visita del Papa Juan Pablo II a Venezuela. Todos los medios de prensa estaban desplegados y los funcionarios de seguridad habían sido entrenados; además de puestos en zonas estratégicas.
Su santidad vendría a Venezuela por unos días y ese día recorrería Caracas; se había coordinado todo para esas horas. Pero por poco el país pasa a la historia de convertir una alegría en una tristeza.
Todo estaba seguro, pensaban todos, pero alertaban de la presencia de unas personas en el techo del Teatro Teresa Carreño las cuales no eran de seguridad. Eran pocas personas las que estaban arriba del recinto musical.
Primera visita del Papa Juan Pablo II
A minutos de cruzar por la Autopista Francisco Fajardo estaban unas personas apostadas allí; se comenta que los mismos tenían pensado disparar a la caravana donde iba el sumo pontífice.
Los funcionarios de seguridad tenían la misión de subir y poder dar con estas personas. Las cuales nunca se supo quienes era, si eran de algún grupo internacional o su nacionalidad. De hecho, los cuerpos de seguridad tuvieron la tarea de que nada de esto saliera a la luz.
Se habló que de salir eso a la luz se empañaría la visita papal a Venezuela, de hecho se habla de un «secreto sumarial»; nunca se supo de aquellas personas.
El Papa cruzó por la referida arteria vial de la capital sin problemas, luego de eso se supo que redoblaron toda vigilancia. Desde allí está el misterio de quienes querían asesinar al santo padre. De igual modo, el sumo pontífice iba en un vehículo seguro, en caso de que alguien disparase.
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