Es una alteración que ya se ha relacionado en investigaciones anteriores con la aparición de problemas de salud como la obesidad o diabetes.
En dicho estudio participaron nueve voluntarios, quienes se sometieron dos noches consecutivas de privación parcial del sueño.
Se analizó si se producía una alteración de la flora intestinal tras la privación del sueño y el análisis reveló que después de sufrir la pérdida de sueño, los voluntarios fueron un 20% menos sensibles a los efectos de la insulina.
«En general, no se hallaron evidencias que sugieran que la restricción del sueño altere la diversidad de la flora intestinal», explicó Jonathan Cedernaes, uno de los investigadores. «Era algo previsible, dado el carácter cortoplacista de la intervención y a que el tamaño de la muestra era relativamente pequeño.
Sin embargo, en análisis más específicos de los grupos de bacteria, vimos cambios en la microbiota intestinal que son similares a algunos cambios en la microbiota que hemos observado cuando por ejemplo sujetos obesos han sido comparados con individuos de peso normal en otros estudios», añadió.
Como el incremento de las bacterias Firmicutes en proporción respecto a las Bacteroidetes; y es que, según otros estudios, la obesidad estaría asociada con un aumento de las primeras y una reducción de las segundas.
En cualquier caso, los investigadores explican que necesitan ampliar estos estudios, ya que se precisan periodos de seguimiento más prolongados en el tiempo, así como una mayor muestra de individuos, para saber en qué medida la falta de sueño afecta a la microbiota intestinal de los individuos y a su salud.
Con información de Muy Interesante
