Que la pandemia se extinga a través del efecto rebaño es considerado el sueño de los desconcertados epidemiólogos.
Tal fantasía también calificada como inmunidad de grupo o inmunidad colectiva es a veces una quimera para familiares de enfermos. En realidad se trata de un fenómeno estadístico cuando se interrúmpela cadena epidemilógica.
Los expertos señalan que esto sucede luego que parte de la población ha sido vacunada o existen personas inmunes. De esa manera se previene que otras personas no inmunizadas contraigan la enfermedad.
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El sueño se obtiene mediante una básica ecuación. Cuanta mayor es la proporción de individuos inmunes, menor es la probabilidad de que una persona susceptible entre en contacto con un individuo infectado.
El efecto rebaño llega después del proceso de vacunación. La vacuna ejerce el papel de cortafuegos que evita la propagación. Por lo tanto las personas no vacunadas quedan protegidas por aquellas a quienes si se les aplica la inyección. Un segmento importante de la población puede quedar sin vacunarse porque el rebaño lo protege.
Efecto rebaño británico
Defensores de esta teoría señalan que algunos brotes de sarampión que se observan en Estados Unidos y Europa obedecen a los antivacunas. El mensaje de estos escépticos cala en personas que deciden no vacunar a sus hijos. De esa manera pequeños núcleos quedan desprotegidos.
Hace algunas semanas numerosos científicos del Reino Unido pidieron primer ministro Boris Johnson adoptar medidas duras para enfrentar el virus. A través de una carta cuestionaron la estrategia de gestionar el contagio a través del efecto rebaño.
El gobierno británico abraza la tesis según la cual quienes están en riesgo de la infección pueden estar protegidos. Todo ello debido a que están rodeados de personas que son resistentes a la enfermedad. Los cálculos aproximados señalan que la inmunidad de grupo se obtendría después que el 60% de la población haya sufrido el virus.
Población indefensa
En ese sentido los científicos recordaron que a estar alturas esa estrategia no resulta una opción viable. Al parecer la táctica del Reino Unido es diferente a la de otras naciones. Al parecer se fundamenta el sueño de los epidemiólogos.
Resulta que para desarrollar la vacuna se requieren muchos meses de ensayo mientras la población es diezmada por el virus. Tal estrategia está relacionada con permitir que el virus haga lo que le venga en gana hasta que la población se inmunice.
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Se teme que esperar y adoptar medidas de confinamiento no son suficientes para alcanzar el efecto rebaño. La gente termina por hartarse de los tapabocas y deja de cumplir las normas de distanciamiento social. Por ahora muchos países se inclinan por retrasar la propagación de la pandemia y tratar de contenerla.
Asimismo los científicos del Reino Unido deploran lo que en términos de costos humanos implica alcanzar el efecto rebajo. Algunos piensan que se trata de una quimera enfrentar los virus de esa manera. Observan a la inmunidad colectiva como el resultado colateral de la epidemia. Señalan además que mientras todo ello se materializa los hospitales y cementerios serían desbordados.
Mientras tanto la Organización Mundial de la Salud señala que el 80% de los infectados desarrollará síntomas leves. Otro 14% presentará síntomas severos y un 6% sufrirá síntomas graves.