El 12 de octubre de 1931 fue inaugurada la imagen del Cristo Redentor, extendiendo sus brazos desde la cima del monte Corcovado, arropando a Río de Janeiro y el mundo.
Aunque solo se le ve abrazar el inmenso espacio del mar que tiene por delante; también pareciera que extiende su poderío para tocar todos los rincones del mundo y del cielo.
Desde la cumbre del Corcovado, a 710 m de altura, se encuentra en el Parque Nacional de Tijuca. Desde allí se puede admirar el inmenso panorama de la ciudad de Río: el Pan de Azúcar, el lago Rodrigo de Freitas, las playas de Copacabana e Ipanema, el estadio de Maracanã y las favelas.
Una de las siete maravillas modernas
Al principio, la idea era un Cristo del tipo Salvator Mundi, con el globo terráqueo en una mano y la cruz al lado. Después, prevaleció el símbolo inconfundible de Brasil. La empresa suiza New Open World Corporation, una de las siete maravillas modernas del mundo.
La estatua, incluido el pedestal, mide 38 m; de los pies a la cabeza, 30 m; la cabeza tiene 3,75 m de altura y las manos, 3,20 m. Pesa 1.100 toneladas, según las estadísticas.
El Cristo Redentor abre los brazos, y así dibuja la inconfundible silueta de la cruz. Aun el rostro y las manos conservan toda la suavidad de la escultura, fue obra del rumano Gheorghe Leonida; pero fue el ingeniero brasileño Heitor da Silva Costa, quien se encargó de la obra.
La imagen emerge en la oscuridad de la noche, saludado por el lucero del alba e iluminado por la puesta de sol que formaría un halo de luz alrededor de su cabeza.
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