Carolina y José Gregorio estaban interesados en comprar una vieja casa en Caracas la cual estaba en venta desde hace años. Era 1970 y las personas estaban interesadas en adquirirla para tenerla, acomodarla y vivir.
La mujer y el hombre se sorprendían de cómo las personas en Propatria no hablaban de la historia de la casa. ¿Pero sucede algo con esta?, preguntaba Carolina… “no nada mi doña solo uno dice tanto tiempo y ahora es que la compran.”; le decía Felicia una de las vecinas.
Los nuevos habitantes llegaron y comenzaron a acomodar la misma, pintarla, ponerle un nuevo baño y acomodar los cuartos. “Ese patio no lo vamos a tocá, después cuando tengamos otra plata mandamos a arreglarlo”; decía José Gregorio a su esposa Carolina.
Una semana después ya en la mudanza, Carolina estaba sola en la casa ya que José Gregorio estaba viajando en el camión. Cuando el llanto de un niño rompe el silencio en horas de la noche; escuchaba una criatura llorar con mucho dolor.
Pero al salir al patio y prender la luz no había nada en el lugar… revisó todo y no había nada anormal. “Amor anoche escuché un niño llorando en el patio”; le dijo Carolina a José Gregorio… “mujer eso es seguro un sueño que tuviste”; le dijo el hombre.
La vieja casa en Caracas
Pero se sorprendieron ambos cuando escuchaban el correr de varias personas dentro de la casa; eran las dos de la mañana cuando se pararon y no vieron nada. “Esto es bien extraño», le dijo José Gregorio a la mujer.
Cada vez Carolina se sorprendía de cómo alguien desordenaba las cosas. Una vez mientras estaba preparando una arepas sintió como si alguien pequeño le tocó la bata que tenía puesta. “Dios mío pero que es esto”, se sorprendió de que no había nada en el lugar.
El llanto de niños en el patio se sentía en varias noches en aquella casa, mientras Carolina se sorprendía de no encontrara nada. “Yo no sé porque ustedes compraron esa casa sin sabé”; le decía la vecina Felicia. “Pero que pasa con la casa, cual es el problema”; pero Felicia nunca decía más nada, se quedaba en silencio viendo la propiedad… “recen bastante, ustedes no saben lo que pasaba allí”, decía la mujer.
El extraño hallazgo
Carolina y José Gregorio recibieron la visita inesperada de las personas que iban a construir el Metro de Caracas; los cuales mostraban a los vecinos que las casas iban a ser expropiadas para la construcción de la Línea 1.
José Gregorio y Carolina aceptaron a pesar de tener poco tiempo en la casa. Pero el Metro daba buen dinero para comprar en otra parte. Pero unas semanas después los obreros del subterráneo se sorprendían de encontrar varios fetos y criaturas enterradas en el patio de la casa.
“Ave María Purísima, en esta casa practicaban abortos”, dijo Omar uno de los obreros del Metro. Felicia, le dijo a los obreros del Metro… “esos eran los llantos que escuchaban los que habían comprado en la casa”.
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