jueves, noviembre 21, 2024
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¿Por qué la formación en ciberseguridad es imprescindible para los empleados?

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IOTA Latino
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A pesar de su siempre creciente relevancia, la ciberseguridad sigue siendo uno de los aspectos más comúnmente relegados dentro de los programas de entrenamiento y formación de los empleados en las empresas; y esto plantea un riesgo enorme para las organizaciones. 

¿Por qué? En pocas palabras, porque incluso si se invierte una cantidad considerable de capital en soluciones de ciberseguridad, la falta de capacitación por parte de los empleados representa una seria vulnerabilidad fácilmente explotable por parte de los cibercriminales. En especial, cuando se trata de empresas con un fuerte componente de trabajo remoto.

Uno de los grandes cambios de paradigma de nuestro tiempo es la proliferación del trabajo remoto en una infinitud de industrias y sectores. Los empleados de compañías grandes y pequeñas trabajan desde sus casas, con sus propios ordenadores y sus propias conexiones a internet.

Es en este contexto que la formación constante en ciberseguridad toma una mayor relevancia. Tanto si se trata de empresas con modalidades presénciales, hibridas o remotas, es imprescindible que los empleados de todos los niveles se mantengan actualizados en cuanto a la ciberseguridad.

¿En qué consiste la formación en ciberseguridad?

Por supuesto, no es necesario que todos los empleados de una compañía sean expertos en ciberseguridad.

Idealmente, las empresas contarán con sistemas de hardware y software dedicado a reducir los riesgos de ciberataques como los de ransomware, malware o phishing.

En cambio, la formación en ciberseguridad consiste en la actualización relativa a las buenas prácticas y hábitos en el uso de las herramientas digitales asociadas a las operaciones cotidianas en la empresa.

En otras palabras, se trata de aprender a identificar riesgos potenciales para la seguridad e integridad de la empresa en el día a día, de modo que se puedan generar reportes que acorten lo más posible los tiempos de reacción en casos de ciberataques.

Ejemplos de este tipo de hábitos seguros que la formación en ciberseguridad promueve son el uso de contraseñas fuertes, la identificación de correos falsos, la identificación y el reporte de patrones anómalos que puedan indicar la presencia de malware, y un abarcativo etcétera.

Se trata, así, de educar a los empleados en cuestiones básicas de ciberseguridad; básicas, pero increíblemente efectivas. Mucho más que poder responder la pregunta de «¿cuál es mi IP?», los empleados deben contar con un nivel al menos básico de comprensión tanto de los riesgos de un ciberataque, como de los beneficios de tomarse el trabajo de prevenirlos.

En este sentido, es mucho más económico prevenir que lamentar o, dicho de otra manera: invertir en la formación en ciberseguridad de los empleados resulta mucho más conveniente, a la larga, que lidiar con las consecuencias potencialmente desastrosas de un ciberataque.

El secuestro y la perdida de datos e información sensible, así como la caída de sistemas de gestión, pueden provocar perdidas astronómicas para las empresas, no solo financieras, sino de reputación.

Queda claro que contar con una plantilla educada y actualizada en aspectos de ciberseguridad representa una ventaja competitiva en cualquier industria en que la empresa opere.

Noticias24 Carabobo

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