Era abril de 1992, el fuerte sol de Semana Santa anunciaba un caluroso día, la montaña estaba seca en aquel tiempo por el verano. Félix estaba esperando a los demás amigos para subir el cerro pero estos nunca llegaron. Ya de hecho estaba en las alturas cuando de repente escucha pasos ligeros.
Una hermosa joven le pregunta su destino… “hola… para dónde vas”… a lo que Félix respondió que iba a subir… un “vamos” lo dejó pensativo y se fue al lado de la muchacha. De pasos veloces y ojos azules intensos y cabello amarillo impactó al joven que era aficionado a subir cerros.
“Eres de por aquí, yo me llamo Gloria”… le preguntó la muchacha cuyo cabello parecía jugar con la brisa, y dejaba ver una sonrisa que embobaba a Félix. “Sí soy de por aquí”, haciendo gala de sus buenas condiciones el joven estudiante empezó a subir rápidamente.
De hecho, iba a la misma velocidad de la muchacha, mientras veía que la ropa de la joven estaba pulcra, mientras la de él estaba llena de tierra luego de varios minutos de camino. Le pareció extraño ya que la joven no se notaba cansada.
Pensó… “esta muchacha parece de hierro”… los cabellos, el rostro y la figura de aquella joven lo animaba a continuar el camino. “Vamos vamos”, decía la chica que seguía fresca a pesar de los fuertes rayos del sol.
La montaña y la muchacha
El cansancio comenzaba a manifestarse en el cuerpo del joven por lo cual le dijo que iba a parar para tomar agua. “Dale yo seguiré”, dijo la chica acompañando lo que dijo con un sensual guiño de ojos.
Félix al reponerse continuó y no la encontró… “y ahora que se hizo”… ¡Gloria, Gloria!, decía Félix quien estaba en el medio de la montaña. El pasto seco y el intenso calor lo dejaban perdido en el lugar.
“Yo ni sé donde estoy”, decía… trataba de buscar algo, una señal, de saber en qué parte del cerro estaba. Pero un silencio reinaba esa mañana en la montaña mientras que no volvió a ver a la joven.
La búsqueda
Dos días soportó Félix en un río, comiendo mangos y esperando que alguien llegara. Se sorprendió cuando dos rescatistas llegaron justamente donde se encontraba. Félix contaba a los socorristas lo de la muchacha que había visto…
“Dicen que a esa muchacha la han visto aquí en el cerro, de hecho no se sabe si es una leyenda o verdad”, le dijo uno de los rescatistas. Félix dijo que aun 31 años después recuerda la belleza impactante de aquella joven.
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