El garbanzo es una de las legumbres más utilizadas tanto en la cocina mediterránea como en todo el mundo.
Consumirlos 2-3 veces por semana es muy beneficioso para la salud. Facilitan la digestión y regulan el tránsito intestinal, ayudan a reducir el colesterol malo y los triglicéridos, previenen enfermedades cardiovasculares, y protegen de la anemia ferropénica.
Esta legumbre es considerada un alimento muy rico nutricionalmente, apta para todo tipo de personas. En algunas circunstancias su consumo se hace más conveniente.
Despunta por ser una fuente destacable en hidratos de carbono de absorción lenta, que producen una asimilación gradual de la glucosa. Esto evita el desequilibrio de los niveles de azúcar y genera una energía constante.
Es pobre en grasas saturadas y rico en fibra, por lo que contribuye a regular el colesterol. Al combinar los garbanzos con cereales, por ejemplo el arroz o el cuscús, la calidad de sus proteínas aumenta.
El garbanzo tiene muchos minerales, sobre todo fósforo, hierro y magnesio y es especialmente rico en vitaminas B1, B6 y ácido fólico.
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