Ocurrió el 19 de febrero. Más de 40 mil fanáticos del Atalanta se trasladaron por tierra desde Bérgamo hasta el estadio San Siro de Milán, a unos 55 kilómetros de su ciudad.
Sin embargo, faltaban todavía dos semanas para que la Organización Mundial de la Salud declarara que el COVID-19 como pandemia.
Ese partido entre el Atalanta y Valencia, correspondiente a los octavos de final de la Champions League, fue señalado como una “bomba biológica”; por el alcalde italiano Giorgio Gori, a cargo de uno de los puntos con más infectados en el mundo.
Ese primer encuentro de la llave entre italianos y españoles es marcado por especialistas médicos como uno de los que apresuró la dispersión del virus en España e Italia, los dos países con más casos en Europa.
Entrevista vía Facebook
Asimismo, la máxima autoridad de Bérgamo coincidió con esas apreciaciones de los infectólogos y habló del tema en una entrevista que realizó vía Faceboook con diversos medios integrantes de la Asociación de la Prensa Extranjera.
«En Italia el paciente uno apareció el 23 de febrero. Si es verdad que el virus ya circulaba, es muy probable que 40 mil personas que fueron a la cancha de San Siro hayan intercambiado el virus«.
«Nadie sabía que el virus estaba entre nosotros. Muchos se juntaron para ver el partido en grupos y esa noche hubo un fuerte acelerador de contactos. Algunos que ya tenían el virus se lo pasaron a otros”.
Además, de indicar que la Champions League fue una «bomba biológica»; explicó que sumando al análisis de a aquellos que se reunieron en distintos lugares. Para ver por televisión un encuentro que fue histórico para el Atalanta.
Ya que fue la primera vez que participó del máximo certamen de fútbol de ese continente.
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