Desde hace más de cuarenta años en Venezuela se lucha contra un mal hábito. El comerse la luz roja en el semáforo parece un mal que pasa en todas las calles y avenidas. Este ha sido por años una mala costumbre, qué a pesar de no decirse se ve y se siente.
Recordemos que hace más de cuatro décadas el recordado Renny Ottolina hablaba de este mal hábito. El mismo que sigue ocurriendo hoy en día en plena era moderna y tecnológica. La Mala costumbre de no respetar el semáforo.
Solo basta hacer una prueba detenerse en un lugar cercano a un semáforo y mirar. El comerse la luz roja de un semáforo ha sido uno de los males que debe cambiarse. Este debemos corregirlo y dar el ejemplo cada vez que se esté a volante.
Comerse la luz roja en el semáforo aquí y en otro país
Como es una norma urbana la cual en el país pocos respetan hemos salido a otro país y la cometemos. Y en nuestras entrevistas hemos acumulado historias de personas que afirman que han sido multados. El irrespeto al semáforo sigue presente.
El comerse la luz roja en el semáforo es como algo que muchos llevan en la sangre. Incluso ahora es hasta peligroso teniendo en cuenta que cuando está la luz amarilla aceleran. Esto con el fin de avanzar y quedar a salvo antes de que esta cambie.
La mala costumbre se ha fomentado entre los jóvenes. Y Para mayor ejemplo en la Gran Valencia basta ver los accidentes en el municipio San Diego. La avenida Don Julio Centeno ha sido escenario de grandes choques fatales por adelantarse en el semáforo.
Campaña por el bien
Hoy el mensaje a la población de la Gran Valencia es dar el ejemplo cuando se está al volante. No caer en las malas costumbres de manejar mal, sabiendo que del otro lado de la vía hay vidas. No comerse la luz roja en el semáforo debe ser el ejemplo a seguir.
Venezuela lamentablemente está en la lista de países con personas que peor manejan. Y debemos empezar por cada ciudad y con normas tan sencillas como esperar unos segundos. Es la recomendación de Noticias24acarabobo.
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