Uno de los aspectos más maravillosos de empezar una relación es el hecho de sentirnos respetados. Aunque parezca extraño, el saber que nuestra existencia es reconocida y, además, ver que la otra persona nos valora y nos tiene en cuenta; definitivamente es una sensación inigualable.
Pero ¿qué sucede cuando empiezas a tener dudas de si la otra persona te respeta o de si eres lo suficientemente bueno para él o ella? O peor, ¿qué hacemos cuando aparece la primera sombra de sospecha en una relación que creíamos estable?
La desconfianza hacia tu pareja se puede superar con una dama de compañía si lo que te ocurre es que careces de autoestima en tus encuentros casuales. En Latinoamérica, el servicio de damas de compañía es seguro y profesional, así que es fácil sentirse seguro en San José, con escorts de confianza.
El respeto es el pilar de las relaciones entre amigos, entre miembros de una familia, entre amantes e incluso en las relaciones más casuales. Estas son las que establecemos bien con una dama de compañía o con un grupo de desconocidos en un viaje. Si bien ambos tipos de relaciones tienen una finalidad diferente, ambas solo funcionarán si la comunicación entre las personas es buena y se establecen los límites desde el inicio.
Pero, si la otra persona ha roto la confianza y hace que dudes de la relación, es realmente difícil devolver las cosas al estado anterior. Sin embargo, ¿qué sucede cuando somos nosotros los que arruinamos esa confianza con alguien? Los psicólogos de pareja y expertos en el tema han determinado que las infidelidades o comportamientos que causan problemas en una relación a veces son provocados por “la víctima”. Este es el caso cuando, con nuestro propio estado de ánimo y comportamiento, alejamos a la otra persona. Es una realidad, ¡pero se puede evitar!
Evitar que por nuestra culpa se rompa la relación es simple: debemos evitar a toda costa convertirnos en personas dependientes y en constante estado de nerviosismo, alerta o sufriendo continuos ataques de celos.
Se trata de cortar el problema de raíz, es decir, la base de donde surgen todos estos miedos: los celos. Los celos no se consideran una muestra de amor y conducen a comportamientos inseguros y frágiles, algo que definitivamente todos los seres humanos odiamos.
En ningún caso una persona entra en una relación para arrastrar una carga. Lo que buscamos es ese sentimiento de que nos valoren. Y la verdad es que son las personas más inseguras quienes suelen sentirse poco admiradas y respetadas. En cambio, aquellas con mayor autoestima no dejan que este sentimiento se apodere de ellas.
La conclusión es que todos deberíamos trabajar nuestra seguridad para proyectarla en el momento en que establecemos una relación con una pareja, y no adentrarnos en ella sin antes haber aprendido a respetarnos a nosotros mismos. Con esa nueva perspectiva y un comportamiento más firme podrás mantener tanto una relación seria como una relación casual sin problemas ni malentendidos.
