Muchos en los Estados Unidos desean curar las heridas, pero otros desean una nueva guerra de secesión. La guerra civil estadounidense que entre 1861 y 1865 tuvo a la esclavitud como epicentro al parecer quiere reeditarse.
Una clara señal está en la solicitud legislativa de cambiar los nombres de bases militares homónimas de héroes confederados. La iniciativa de ley tiene bases demócratas. Sin embargo frente al intento ya Donald Trump fijó posición que lo evidencia como un supremacista. El Presidente estadounidense dijo que «ni siquiera consideraría» renombrar las bases del Ejército que llevan nombres de los oficiales confederados.
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Los Estados Unidos confederados no han muerto. Se aliaron como derrotados a la Unión, pero sus ideas de supremacía se mantienen vivas. Ellos son los que residen en la llamada América Blanca, los que desean una nueva guerra de secesión. También hay que decir, aunque muchos lo nieguen, que hay una fila de demócratas que comulgan con ellos.
Nueva guerra de secesión
El Comité de las Fuerzas Armadas del Senado, liderado por los republicanos, ha aprobado una enmienda. Se trata de un proyecto de ley de política de defensa anual. Este requeriría al Pentágono cambie el nombre de bases y otros activos que llevan nombres de los líderes militares confederados.
Se estima que esta ley puede ayudar a curar las heridas raciales que aún no cicatrizan en la nación. Además que serían ideales para impedir una nueva guerra de secesión. La enmienda, ofrecida por la senadora Elizabeth Warren (D-Mass.), fue aprobada por votación oral el miércoles. Durante una reunión a puerta cerrada el comité de la Ley de Autorización de la Defensa Nacional (NDAA) actuó. La enmienda daría al Pentágono tres años para eliminar los nombres de los confederados.
La noticia fue reportada por primera vez por el medio estadounidense Roll Call. Llegó a las salas de redacción después de que el Presidente Trump opinara. El neoyorquino dijo que «ni siquiera consideraría» renombrar bases del Ejército que llevan los nombres de los oficiales confederados. Con esa posición el mandatario está sentando las bases para una hipotética nueva guerra de secesión en los Estados Unidos.
Durante una sesión informativa el miércoles, la secretaria de prensa de la Casa Blanca Kayleigh McEnany también dijo que Trump vetaría el NDAA si el proyecto de ley de política masiva ordenaba el cambio de nombres de las bases.
«Estas monumentales y muy poderosas bases se han convertido en parte de una gran herencia americana, y una historia de victoria y libertad», escribió Trump.
«Por lo tanto, mi administración ni siquiera considerará el renombramiento de estas magníficas y legendarias instalaciones militares», añadió.
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Apenas dos días antes de los tweets de Trump, un portavoz del Ejército dijo que el Secretario del Ejército Ryan McCarthy y el Secretario de Defensa Mark Esper estaban «abiertos» a renombrar las 10 bases que llevan el nombre de oficiales militares confederados.
Las bases, que se encuentran en los estados del sur, son Fort Lee, Fort Hood, Fort Benning, Fort Gordon, Fort Bragg, Fort Polk, Fort Pickett, Fort A.P. Hill, Fort Rucker y Camp Beauregard.