El Pueblo de Choroní parece el escenario de un cuento, con casas pintadas, gente amable y mucho sabor. Las empanadas combinadas y operadas además de los suculentos almuerzos hacen que la pases de maravilla.
Luego de atravesar la selva en la carretera de montaña por el parque nacional Henri Pittier llegas al pueblo de Choroní. Poco a poco comienzas a ver el río y luego una a una de las casas; los colores en las paredes te indican que ya estás a un paso de la playa y en un lugar mágico.
Lo llamativo de este lugar son sus estrechas calles y la pendiente de sus techos rojos, las ventanas y puertas. Es una de las zonas donde puedes caminar sin problemas; lo que más le gusta a la gente de allí es que disfrutes las calles.
El pueblo de Choroní, pura magia
La magia del lugar y sus locales de comida, las tiendas, bodegas y hay hasta sitios donde leen las cartas. Cada uno de los espacios se va haciendo bonito a diario, ya que un amanecer en sus calles te recargará de energía.
Sobran las posadas, sobran donde puedes disfrutar de un buen desayuno en el lugar. Si decides irte en autobús o taxis recuerda que estos los puedes tomar en el terminal de Maracay.
En carro si vas también eres bien recibido, los pueblos de las costas de Aragua son otra cosa. El malecón de Choroní a unos pasos de Puerto Colombia te darán la vista del mar; del otro lado de la montaña está Playa Grande.
Más de su magia
En el puente en este tiempo de verano puedes ver los peñeros listos para zarpar al Mar Caribe. El lugar se hace esplendido en horas del día como en horas de la tarde. Ya al caer la noche es igual, hay ventas de comida y artesanías.
Hay personas que se han quedado en el lugar por años, por largas temporadas. Tienes un aire puro maravilloso y puedes caminar tranquilamente por la playa. Los lugareños te tratan de lo mejor, no olvides incluir este destino en tus viajes.
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