jueves, abril 25, 2024
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El racismo es absurdo porque todos somos afrodescendientes

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IOTA Latino
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El racismo se desarma con la biología. Aplicando el rigor de esta herramienta podemos decir que, evolutivamente, todos somos emigrantes africanos de la especie Homo sapiens. La categoría biológica básica es el taxón especie. Si recurrimos a esta clasificación unitaria comprobamos que nuestra especie, se originó en África hace unos 200.000 años.

Pero ¿de dónde proviene entonces el racismo y su afán clasificatorio para distinguirnos unos de otros en “razas”?. Francisco José Esteban Ruiz, Profesor Titular de Biología Celular de la Universidad de Jaén revisa la historia de este fenómeno. The Conversation publicó en un artículo sus consideraciones.

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Se señala la primera aparición de nuestros ancestros en una zona muy concreta del continente, al sur del río Zambeze. Desde allí comenzaron a emigrar hacia Europa y Asia hace unos 70 000 años. Es decir, que todos los humanos modernos procedemos de África y de antepasados emigrantes.

El racismo se fundamenta en la noción de raza como componente humano. Sin embargo se trata de un concepto social que depende de diferencias culturales, generalmente asociadas a ámbitos geográficos concretos.

Los humanos nos relacionamos y mostramos una alta actividad sexual. Esto hace que se pueda detectar menos variabilidad genética entre individuos de las diferentes, y clásicamente denominadas, “razas” que entre individuos que puedan asociarse a una de ellas en concreto.

Cabe destacar el hecho de que puede encontrarse más variabilidad genética entre dos tribus cercanas en África que entre individuos europeos y asiáticos Es decir, que la variación encontrada en África excede con creces la detectada entre personas de los demás continentes.

El racismo sin fundamento

En definitiva, podemos decir que la biología molecular nos indica que las poblaciones humanas no han evolucionado independientemente. Al contrario, han mantenido una conexión muy estrecha a través de un extenso flujo genético. Además, las evidencias actuales están en contra de que el desarrollo del comportamiento humano, en los últimos 50 000 años, se base en una mutación o en unas pocas mutaciones.

De modo que las categorías sustentadas en el racismo y que históricamente se tratan como naturales no tienen fundamento. Sus nociones de superioridad o inferioridad que conllevan, no tienen cabida en biología.

Cuando hablamos de razas, solemos pensar en el color de la piel y el aspecto externo. No tenemos en cuenta que, en realidad, esas diferencias visibles son fruto de adaptaciones al medio, como la exposición al sol, equivalentes a quienes se han adaptado a vivir en altitud con menor cantidad de oxígeno en el aire.

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Por lo tanto, es un error del racismo asociar el comportamiento con el color de la piel. Como también lo es asociar el color de la piel con la raza, ya que solo en poblaciones africanas se han detectado ocho variantes genéticas que influyen poderosamente en la pigmentación de la piel.

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