Samantha acostumbraba a salir muy tarde de su trabajo, nunca se imaginó que viviría una pesadilla en la noche de los gatos negros. Trabajaba hasta muy tarde en su oficina ubicada en uno de los edificios de Ciudad de México,
El estar cerca de su casa ya que vivía en una de las calles adyacentes hacía que se quedara hasta tarde trabajando. Luego regresaba a su casa, era una mujer solitaria y muy trabajadora, pero aquella noche de noviembre viviría una experiencia aterradora.
La espigada contadora salió tarde y le llamó la atención ver que un gato negro la veía cuando salía del edificio. Eran las doce y 32 de la noche, se quedó pensando en la cara del gato, era 1985 y el frío en la capital mexicana dominaba a esa hora.
Se iba por las calles solitarias cuando doblando en una de las calles ve tres gatos negros los cuales estaban frente a ella. Prefirió cruzar, pero estos enseguida corrieron hacia donde estaba Samantha… “es extraño ver tantos gatos a esta hora”.
Mientras caminaba le sorprendía ver como los gatos se atravesaban en su camino. Samantha veía a los gatos en los techos de las casas y se quedaba contemplando mientras estos la veían fijamente.
La noche de los gatos negros
Aquella noche mientras caminaba por las calles veía como estos estaban tras ella como si trataran de acercarse mucho… Seis gatos estaban cerca de ella mientras se sorprendió de aquel acoso felino.
Los techos adyacentes a las casas estaban llenos de estos animales, los cuales se confundían en la oscuridad de la noche. “Pero por qué hay tantos”… no quedando otro remedio que correr para tratar de huir de aquella persecución que le hacían los gatos.
Llegó a su casa quedando completamente exhausta de lo que había vivido aquella noche. Unos años después mientras conversaba con la abuela… la anciana le comentaba lo que había sucedido días después de que Samantha naciera…
“Esa noche cuando apenas tenías días de nacida sucedió algo similar en la casa. Tus padres prefirieron olvidar lo sucedido, pero nunca habíamos visto a tantos gatos negros llegar a la casa cerca del cuarto de donde estabas”, le dijo la abuela.
Samantha a pesar de los años espera algún día descubrir el por qué los gatos negros la perseguían aquella noche… y días después de haber nacido…
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