Pocos recuerdan a la secta TFP en Venezuela, era el año 1984 cuando se prohibió por orden presidencial que la misma operara en el país. La mayoría de los integrantes eran muchachos de altas clases sociales.
Algunos comenzaron a llamar al grupo como “La Secta del Diablo” ya que estaba en contra de la Iglesia. Más por el odio que estos tenían contra la figura de Juan Pablo II en el mundo y contra integrantes de su propia familia.
El primer propósito era fundar una nación dentro de Venezuela específicamente al sur donde el país limita con Brasil. Cuya nación nueva se iba a llamar Roraima. La secta operaba en un local en el Country Club de Caracas.
Las siglas de la secta eran Tradición, Familia y Propiedad la misma estaba vinculada a grupos de ultraderecha. Pero a su vez estaba en contra del Papa Juan Pablo II ya que estos practicaban tiro al blanco con la imagen del Santo Padre como fondo.
Una serie de programas de A Puerta Cerrada de RCTV dicha secta quedaba al descubierto y fue cuando las autoridades procedieron a hacer una serie de allanamientos. Al llegar las autoridades al lugar hubo un verdadero escándalo.
La policía llegó al local el cual era considerado por los jóvenes que estaban dentro como el sagrado templo. Las autoridades sacaron a todos mientras los padres pedían que los muchachos regresaran a sus hogares.
Dicha secta estuvo también presuntamente involucrada en un atentado al Papa Juan Pablo II en su primera visita a Venezuela. Aquel 13 de noviembre el gobierno nacional declaraba que las operaciones de la secta estaban fuera de orden en el país.
La secta TFP en Venezuela y los dos políticos que estaban en ella
Leopoldo López como Henrique Capriles estaban dentro de la secta como otro grupo de muchachos de familias de renombre de Caracas. Los jóvenes eran de raza blanca y de muy buena posición económica.
De hecho, dicha secta manejaba una alta cifra de dinero para el año 1984, cuando el gobierno les prohibió operar en Venezuela se reunieron al este de Caracas. Con consignas, altavoces y saludos.
El ministro de justicia de aquellos años, José Manso González fue claro al decir que Venezuela tenía libertad de culto. Pero que esta secta operaba al margen de la ley y es por ello que se tomaron medidas serias.
Las familias decían que los muchachos estaban en actividades paramilitares y que practicaban tiros al blanco. Una de esas familias se sorprendían del cambio que tenían los jóvenes los cuales odiaban a sus propios hermanos.
Cabe destacar que la secta se disolvió de manera inmediata cuando las autoridades conocían sus planes. En aquel noviembre de 1984 la misma quedó sin operaciones en el país. Al poco tiempo poco se habló de la misma en el país. Un tiempo después denunciaron los exmiembros de la secta que habían sido objeto de torturas.
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