Nadie apostaba que le perdonaran la vida al septuagenario expolicía conocido como Golden State killer, el mayor asesino serial de Estados Unidos.
Capturado en 2018 después de 40 años de búsqueda, todos pensaban que Joseph James DeAngelo sería condenado a la pena de muerte. Pero el legendario homicida se buscó a unos abogados bellacos salvar su pellejo.
Durante cuatro décadas violó, asesinó y secuestró a decenas de mujeres en California. Durante la persecución del despiadado criminal los medios estadounidenses le acuñaron diferentes apodos. Lo llamaban Night Stalker, Visalia Ransacker, East Area Rapist o Diamond Knot Killer.
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Sin embargo, a partir del año 2013 se impuso Golden State killer. Se le calcularon unas 50 violaciones en el norte de California y al sur del estado perpetró otros 13 homicidios.
Cuando lo detuvieron los policías quedaron sorprendidos. Comenzó a hablar sólo con su otro yo a quien llamó Jerry. En su monólogo culpó a su alter ego de todos los homicidios y violaciones porque se le metía en la cabeza y lo obligaba a cometer crímenes. Pensaron que era parte de su astuta estrategia de defensa.
Hace algunos días tenían previsto trasladarlo al juzgado. Pero debido a las normas de distanciamiento social fijaron la audiencia en la Universidad de Sacramento. Allí con una mascarilla en el rostro se declaró culpable.
El mayor asesino serial
Golden State killer confesó ser el responsable de 13 asesinatos. Además admitió docenas de violaciones y allanamientos de morada que aterrorizaron California durante los años 70 y 80.
La confesión formó parte de un amplio acuerdo con la fiscalía de California para evitar la pena de muerte. El juez del Tribunal Superior, Michael Bowman, aceptó los términos del acuerdo con el asesino serial.
Con ello los fiscales garantizan que las supervivientes de edad avanzada y los familiares de las víctimas puedan ver el caso resuelto con vida. De esa manera se ahorran extenuantes peritajes y audiencias que prolongarían el juicio por unos diez años.
Cuando el juez Bowman le preguntó sobre los 13 cargos de asesinato y secuestro en primer grado señalo con voz serna: “culpable”. Los fiscales documentaron 161 delitos que cometió el expolicía.
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A Golden State killer lo capturaron sentado en su casa después que los detectives revisaran una página web sobre genealogía. Se creía libre y lejos del brazo de la justicia. Con las pruebas de ADN comprobaron su autoría en decenas de crímenes.
Ahora enfrenta 11 cadenas perpetuas consecutivas sin posibilidad de salir libre. Su astucia le permitió seguir vivo.
