Al igual que existe la predisposición al alcoholismo, un equipo coordinado por Mauro D’Amato, investigador de Ikerbasque en CIC BioGune (Centro de Investigación Cooperativa en Biociencias), demostró que los perfiles genéticos influyen en los hábitos intestinales. Ikerbasque informó que este descubrimiento abre las puertas de nuevos tipos de terapia para tratar el intestino irritable.
Para efectuar esta investigación, se estudió a 167.875 individuos con características similares entre la población. La correlación de su composición genética con los datos del cuestionario, en conjunto con una consulta sobre el número de veces se abren los intestinos todos los días, dio resultado.
El personal descubrió que entre las personas con menor o mayor frecuencia de heces, son más comunes los cambios específicos en el ADN que en el resto de la población. Encontrados en 14 regiones del genoma humano, estos cambios involucran a varios genes que se han estudiado más a detalle.
Algunos de estos genes reportados en el estudio son capaces de producir hormonas, neurotransmisores y otras moléculas singularmente activas en el cerebro y las células nerviosas involucradas en la contracción y relajación del intestino (también llamada peristalsis intestinal).
Hábitos para ir al baño
“La información genética y las puntuaciones poligénicas obtenidas en este estudio se pueden refinar y, eventualmente, contribuir a la clasificación de los pacientes en diferentes grupos de tratamiento, con la esperanza de que conduzca a una mejor precisión terapéutica que consiga que la dismotilidad intestinal y los hábitos intestinales alterados vuelvan a la normalidad”, nos explica Mauro D’Amato.
La constancia con la que las personas mueven los intestinos refleja la importancia del correcto funcionamiento del tracto gastrointestinal;en la digestión y absorción de nutrientes al tiempo que expulsa productos de desecho de la digestión.
“Estos resultados son muy emocionantes y justifican estudios de seguimiento, ya que, una vez que se identifiquen inequívocamente;los genes de frecuencia de las heces, es posible que tengamos una batería de nuevos objetivos;farmacológicos que puedan ser explotados para el tratamiento del estreñimiento, la;diarrea y los síndromes comunes de dismotilidad, como el síndrome de intestino irritable” concluye el investigador.
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