Miles de bomberos y reservistas siguen luchando contra los más de 200 incendios activos en Australia. Que afecta a Nueva Gales del Sur y Victoria; Así como millones de animales.
Esto han cobrado al menos 23 vidas y arrasado tres millones de hectáreas, en las últimas cuatro semanas; y desde el inicio de la temporada en agosto.
Asimismo, al menos seis personas siguen desaparecidas en Victoria; donde hay al menos 50 incendios en curso. Según informaron las autoridades del estado a través del Sydney Morning Herald.
Los otros 150 focos se concentran en el estado más afectado; el de Nueva Gales del Sur, diez de los cuales han obligado a declarar la alerta total en las poblaciones circundantes.
Animales afectados por los incendios en Australia
Igualmente, al menos 480 millones de animales, son víctimas de los devastadores incendios forestales que arrasan desde hace meses Australia.
La cifra se refiere solamente a las especies de una gran parte de los mamíferos; aves y reptiles que habitan en el estado de Nueva Gales del Sur. Con sus 36.000 kilómetros cuadrados de terrenos calcinados.
Cabe destacar, que el impacto de los incendios en Australia, como en Nueva Gales. No se sabrá a ciencia cierta hasta que los científicos puedan entrar en las zonas calcinadas.
Pues, se calcula que el daño es inmenso por el desequilibrio causado en los ecosistemas.
Movilización de 3.000 reservistas
Del mismo modo, el primer ministro de Australia, Scott Morrison, anunció la movilización de 3.000 reservistas. Para asistir en las tareas de extinción y evacuación.
Sin embargo, Morrison ha sido duramente criticado por australianos; que lo acusan de no haber respondido apropiadamente a la crisis.
No obstante, las autoridades comenzaron el despliegue del buque Adelaide para ayudar a la evacuación de afectados.
Pues, inició la apertura de bases militares para alojar temporalmente a los damnificados; y una partida extra de recursos.
Por su parte, miles de personas más se encuentran en centros de evacuación en diversos puntos del sur del país. Como el instalado en un balneario de la localidad costera de Merimbula, en Nueva Gales del Sur.
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