Era noviembre de 2002 y Arnaldo ya había oído las historias de la curva del muerto en la ARC que está en San Joaquín. Venía saliendo de Caracas y pagó el peaje de Hoyo de la Puerta, eran las doce de la noche; por lo cual estaría ya a las dos en San Joaquín.
Pagó el peaje y venía en el camión azul Ford 750 cargado de una docena de chasis para una empresa en Valencia. Subió el volumen de la radio para hacerse compañía mientras se tomaba el último sorbo de café que había en el termo.
Prefirió estar en los 60 kilómetros por hora y mantenerse en el canal lento. “No voy a inventar a esta hora”, decía el camionero. Mientras se acordaba de lo que había escuchado de la famosa curva de San Joaquín.
Ya luego de pasar La Cabrera y el Viaducto decidió acelerar un poco más ya que el tramo le era conocido. Al acercarse a la curva ve algo blanco que se queda en el medio de la vía… sonó la corneta y trató de frenar.
Logró controlar el camión y los chasis ya que sintió haber pisado algo. Frenó desesperadamente ya que le pareció ver algo envuelto en una seda blanca. Pero no había nada en la famosa curva.
La curva del muerto de la ARC y sus historias
Arnaldo se bajó del camión, con una linterna pero no vio nada, de hecho se quedó en el medio de la vía sin ver absolutamente nada. Decidió subirse al camión y marcharse del tramo de San Joaquín donde precisamente está cerca un cementerio.
En efecto comenta la gente que tanto sentido Valencia como Caracas veían a una persona vestida de blanco en el lugar. Unos comentan que era precisamente un hombre vestido de blanco el cual siempre en horas de la madrugada han visto allí.
Incluso comentan que es este es protagonistas de muchas historias que se han dado en el lugar. Otros destacan que es un visaje el cual ha provocado muchos accidente en esa zona de San Joaquín.
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