Frederick montó provisiones en su velero, para cruzar algunos mares, sin imaginarse que sería una presa del barco de la noche. Estaba malhumorado la empresa que tenía de vinos se fue a la quiebra además de que su esposa le había pedido el divorcio.
El misterioso navegante quería irse del viejo continente, ya en horas de la noche a la luz de la luna y las estrellas iba poco a poco con el viento de las velas. Mientras bebía un poco de café ve algo que estaba cerca de su velero.
Se asoma para ver mejor y su corazón comienza a latir fuertemente ya que ve una vieja popa oxidada y color negro, con unas letras blancas que no logra divisar. Aquella extraña y fantasmal embarcación sonaba como si estaba a punto de desarmarse.
Lo peor… no veía a nadie a bordo, se quedó en silencio mientras el barco pasó delante de él. Los sonidos se le quedaron grabados en la mente, quiso avisar al puerto más cercano pero prefirió quedarse en silencio.
El barco de la noche
72 horas después cuando el mar se quedaba en silencio y su reloj apuntaba la una y 13 de la madrugada vuelve a observar aquel sonido. La misma embarcación pasaba esta vez mucho más cerca mientras tuvo miedo de chocar contra la popa oxidada de color negro.
Se quedó con la sangre helada cuando vio que el barco seguía con sonidos fuertes, como si fuera una pesadilla que veía aquella noche. Aquella embarcación era como un gigantesco tanquero.
Años después Frederick se entró en un puerto del mundo sobre el gigantesco barco el cual es un tanquero que supuestamente navega a la deriva. El mismo ha acechado a los navegantes solitarios.
Incluso se habla que ese barco ha sido una de las leyendas más famosas de alta mar. Incluso siempre lo ven navegando en océanos lejanos como el Pacífico, entre otros.
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