En los años ochenta en la Carretera Panamericana a Bejuma contaba con un paradero antes del llegar al vertedero. Las Tres Capillas era un lugar de oración para los camioneros que le encendían velas a José Gregorio Hernández.
El lugar empezó con una capilla luego al ver que la fe de los camioneros era tanta que fabricaron dos más. En las pequeñas capillas había en los años ochenta placas por los favores recibidos. Muchos pedían al “siervo de Dios” un camión nuevo y hasta trabajo.
Otros le pedían llegar a Maracaibo desde Valencia, la vía sin duda era muy transitada y tranquila. Los camioneros comían en La Encrucijada y era obligatorio pararse en el lugar; a encender una vela; elevar una plegaria y seguir.
En ese tiempo había una fe inmensa por parte de los camioneros a José Gregorio Hernández; ya que los llevaba con salud y seguridad al occidente. Se veían placas de bronce y de aluminio en agradecimiento al médico de los pobres.
Las Tres Capillas, las destruyeron
En los años ochenta había un poco más de respeto en la vía y los camioneros viajaban tranquilos. Pero luego en los años que vinieron el sector se volvió peligroso y empezaron a robar en el lugar.
Las tres capillas no solo las destruyeron ya que se robaron la estatua de José Gregorio Hernández. El fuego se hizo presente, se robaron las placas de agradecimiento y quemaron el lugar.
No conforme con eso las mismas las destruyeron con voracidad. Las personas dicen que los “protestantes” de otras religiones se volcaron con rabia al lugar. Este hoy ya no es ni la sombra de aquel tiempo.
Unos dicen que la estatua la destruyeron, a varios camioneros los robaron en el lugar donde antes se prendía una vela. Otros dicen que la estatua la echaron al barranco; pero hasta ahora eso no ha sido comprobado.
Las personas que transitan en especial los camioneros piden que el lugar se recupere. Hoy se ve desolado destruido como si la huella de la fe en el beato nunca existió. Exigen mejorar toda el área.
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