Raúl y Aída caminaban alegremente en horas de la madrugada por el casco histórico de Barquisimeto, los murmullos rompen sus amoríos y ambos se quedaron fríos. Sintieron una brisa pasar y cercano a ello una sombra.
La pareja se quedaron observando, mientras sentían escalofríos en el cuerpo aquella madrugada. Quisieron correr, Aída apretó fuerte la mano de su amado, mientras que Raúl no creía en lo que estaba viendo.
Vieron como un visaje atravesó por donde estaban hablando en voz baja, “era como si estaba rezando”, le dijo Aída a Raúl. Mientras querían irse corriendo de aquel lugar luego de venir con mucha alegría por esas calles barquisimetanas.
El reloj apuntaba la medianoche en las cercanías de la Plaza Lara, mientras un fuerte olor quedaba en los alrededores del lugar en la capital larense. Se quedaron pensativos en el lugar mientras Raúl dijo… “vamos, sigamos”.
Aida y Raúl no creían en lo que habían observado, era como si un joven había caminado por el lugar al otro lado de la acera y lo vieron salir de la nada. De hecho, lo comentaron pero pocos le creyeron.
Los murmullos de sacristán y la historia
La leyenda del sacristán es una de la más conocida en el estado Lara y en su capital Barquisimeto. Comentan que este ha sido visto por los alrededores de las calles del casco histórico y se le escucha ir rezando.
De hecho, hay personas que aseguran haber visto un visaje blanco en los espacios de la calle Lara. La historia comenta que el joven religioso falleció cuando estaba asomado en la Iglesia de San Francisco en tiempos de un alzamiento en época independentista.
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