«Es un paso en la dirección correcta, pero un paso pequeño. La industria del plástico es extremadamente grande y altamente contaminante y vamos a tener que seguir elaborando más leyes», afirmó el diputado opositor, Samir Gozaine, uno de los impulsores de la nueva norma.
El objetivo de la Ley 492, que aún tiene que ser sancionada por el presidente y reglamentada para poder entrar en vigor, es que los establecimientos reemplacen progresivamente las bolsas de plástico por alternativas menos contaminantes como las bolsas biodegradables, de cartón, de tela o de hilo, explicó Gozaine.
Según el texto aprobado, los supermercados, las farmacias y las pequeñas tiendas tendrán 12 meses para adaptarse a la nueva normativa desde el momento en que esta entre en vigor, mientras que los almacenes y los comercios mayoristas contarán con 24 meses.
Los comerciantes tendrán la posibilidad de cobrar las nuevas bolsas a sus clientes, de acuerdo al documento.
La medida ha sido muy aplaudida por los ambientalistas, pero muy criticada por los comerciantes, que temen que pueda desincentivar el consumo y encarecer el precio de la canasta básica.
La ONU estima que cada año se vierten en los mares 8 millones de toneladas de plástico y que, de seguir así las cosas, en el año 2050 habrá más plásticos que peces en los océanos.