Raúl bailaba una salsa de Galy Galiano en su casa, vivía cerca de la avenida Navas Spinola, era aquel mes de junio de 2020. ¡Estamos en plena pandemia!, “algo debe estar abierto”, decía y salió de su casa a las once de la noche.
Las solitarias calles de Valencia, le apuntaban que todo estaba cerrado… “Dios no hay nadie en la calle”. Decidió irse a caminar a esa hora… “si veo alguna autoridad me escondo”. Decía… mientras caminaba por parte de la Bolívar.
Un escalofrío recorrió su cuerpo y sintió como si alguien lo venía siguiendo. “Siento como si alguien viene”. Seguía buscando pero todos los sitios donde antes vendían bebidas estaban cerrados. “Todo cerrado”.
Sintió un suspiro de una mujer muy cerca… “que es eso”. Se quedó tranquilo y siguió caminando. Mientras se acercaba nuevamente a la estación del Metro donde divisa a lo lejos a una mujer vestida de blanco.
Respiro profundo para no salir corriendo… se había sorprendido de ver aquella silueta femenina… “es como una sombra”, dijo. Tragó grueso y vio que esta siguió caminando… era como viniera hacia donde estaba el.
La sombra en la avenida Navas Spinola
Raúl estaba arrepentido de haber salido… mientras se negaba a voltear y ver si la mujer seguía cerca. En una iglesia cercana esta se detuvo… mientras el observaba lo que la extraña mujer hacía. Sentía un fuerte hormigueo en las piernas…
Su corazón latía fuertemente y sintió que las piernas le estaban temblando. “Lo que me faltaba salgo a ver si hay algo abierto y me encuentro con esto”. Mientras estaba caminando sitió un grito seco cercano.
¡Por qué lo hiciste!… escuchó mientras que bajándose el tapabocas empezó a correr por la avenida Bolívar buscando alejarse del lugar. “No creo que nadie escuchara el grito ese”, dijo al llegar hasta donde estaba un restaurant cerrado.
“No sé cuanto corrí… pero corrí”, pero cuando pensaba que el peligro había pasado levantó la mirada y vio que la silueta vestida como de novia quería acercarse. Como pudo volvió nuevamente a su casa donde se encerró ante aquel silencio que tomaba sus oídos.
Raúl destaca que aun no sabe que pasó aquella noche, si lo que escuchó era real… o era alguien que quería gastarle una broma; o había visto una de las tantas leyendas que se dicen de esta zona de Valencia.
**Esta historia es ficticia cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
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