En los ochenta era común escuchar que la sucursal del cielo era Caracas; para muchos la violencia en la capital ya estaba pero no desatada como ahora. En aquellos años había más control de los antisociales y operativos más efectivos.
Sí se temía que la violencia se convirtiera en un flagelo en la capital que pudiera afectar al desarrollo de esta. Y así empezó desde los noventa el espiral de asesinatos, robos; como ver ahora a una población joven armada.
No hay rastros de aquella Caracas que era tranquila ya que hay mucho stress y se vive con la violencia. Pero desde hace al menos dos años las zonas de paz se convirtieron en campo de batalla; y es donde vemos el mayor conflicto.
Sucursal del cielo en el olvido
Las personas en la actualidad piden que se controle la violencia y se depongan las armas. Los armamentos largos los lucen jóvenes, pueden ser muchachas y muchachos; los mismos integraron bandas que controlan sectores.
Ahora estas zonas parecen controladas con las instalaciones de garitas en las montañas; esto para vigilar a la policía si llega al área. Desde los sucesos del 27 de febrero de 1989 las autoridades no llegan a ciertas zonas; la violencia viene desde hace tiempo.
Ahora la violencia creció y está en zonas estratégicas de la capital; vemos ya desde El Valle, Petare como La Cota 905. Además vemos a La Vega como otras zonas invadidas por jóvenes armados.
A diario y cuando quieren
Las bandas de la violencia se desataron y pueden trancar el tráfico cuando así lo quieren. Puede ser en la mañana, como en la tarde o hasta en la noche; muchas personas circulan con temor por la ciudad.
Hoy en día el espiral de violencia que iba incipiente en los años setenta vemos como ha mutado. Y estas zonas se han ido perdiendo entre la espera de planes efectivos.
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