Era el año 1984 un año después del Viernes Negro teníamos la regia inauguración del Big Low Center. En una propaganda de televisión, el animador Guillermo González decía… “Miami, nooo Valencia”; y anunciaba el centro comercial.
El lugar representó un auge comercial impresionante, eran los tiempos de las pizzas y los perro calientes llamados “jumbos”. Los helados y hasta los video juegos los tenía en el centro comercial ubicado en la entrada de San Diego.
Aquel centro comercial rompía el paradigma, se convirtió rápidamente en uno de los lugares más visitados. Eran las atracciones que este tenía, para aquel tiempo el mismo no tenía rejas; y llegó a tener tiendas de ropa de afamada calidad.
Ir a ese espacio comercial representaba ir a un lugar casi de cuentos por los locales, un molino y los restaurantes. Aquel gran espacio llegó a ser considerado el centro comercial más grande América Latina.
De hecho, venían excursiones de otros estados del país para conocer aquel impacto que estaba a un lado de la autopista. El parque de atracciones que estaba en Plaza de Toros se vino para dar más vistosidad.
El Big Low Center de aquellos años
Los cantantes de la época llegaron a cantar en el estacionamiento del centro comercial; cuando la emisora radio 810 mudó sus estudios para allá. Era un verdadero imán comercial en aquellos años ochenta.
Lo que hacía vistoso al Big Low eran las casetas amarillas con un trébol verde afuera; y la decoración de ser como una zona de campo. Algunas de las atracciones que había El Salón de Billy, la Esquina de La Fresa y la pollera Don Quijote.
Hasta llegó a estar una tienda “Pepeganga” y un gran automercado, el estacionamiento era uno de los espacios más grandes. Sin duda uno de los lugares que marcó pauta en los años ochenta en aquella Valencia.
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