Seguramente tu mamá te decía que no tronaras tus dedos porque se te iban a torcer o en un futuro te daría artritis. Entérate qué mitos y verdades se esconden tras este hábito.
El doctor Donal Unger, premio nobel de medicina se dedicó durante más de 60 años a «tronar» los dedos de su mano izquierda al menos dos veces al día, y para tener un comparativo, no lo hizo con la derecha. Su investigación concluye: «tronar» los dedos no es causa de artritis.
La explicación:
Al manipular tus dedos el espacio entre las articulaciones crece, por lo que los gases que se disuelven en el líquido sinovial, el cual cubre y protege a las articulaciones, forma burbujas.
Cuando las pequeñas burbujas se unen, forman otras de mayor tamaño, que «revientan» cuando entra más fluido entre esos espacios abiertos. El «tronar» los dedos solamente puede ser repetido pasados 15 minutos, que es el lapso en que la articulación se reincorpora a su tamaño normal y los gases son disueltos en el líquido sinovial.
Mitos y realidades
Daña el cartílago que cubre las articulaciones: FALSO. Aunque se han hecho comparativos del desgaste ocurrido durante este hábito, ninguna concluye que esto sea cierto.
Incrementa la fuerza en las manos: FALSO. De acuerdo con estudios realizados en Detroit, Estados Unidos a partir de una población de 300 personas mayores de 45 años, reveló que aquéllos que acostumbraban «tronar» los dedos lograron un agarre menor y presentaban inflamación en sus manos.
A lo largo del tiempo, se han atribuido diversos padecimientos a este hábito, sin embargo los investigadores, solamente concluyen una cosa: «la principal consecuencia de «tronar» los dedos, puede ser el efecto irritante del sonido.
El 25% de las personas practican este hábito, de los cuales, los hombres tienen mayor porcentaje que las mujeres.
Con información de Salud 180