Una gran erupción del volcán Santa María en Guatemala, que se produjo en 1902 originó nuevos cráteres, los cuales destacan porque tienen actividad volcánica cada hora, característica que lo vuelve único en el mundo.
Cabe recordar, que desde que este fenómeno comenzó hace exactamente 94 años, el volcán Santiaguito se convirtió en una maravilla turística y a su vez en un peligro para los habitantes de Quetzaltenango, ciudad ubicada en un valle montañoso del suroeste guatemalteco.
Un dato curioso es que la montaña ubicada a 2.550 metros sobre el nivel del mar y a 11 kilómetros de esa localidad, no deja de alarmar con sus constantes emanaciones de gases y sus brotes de lava desde julio de 1922.
Por su parte la vulcanóloga Stephanie Grocke explica que «explosiones menores casi continuas han acompañado su crecimiento”.
Asimismo, Grocke apunta que lo que «sabemos con certeza» que el magma y el gas suben de manera estable desde las profundidades una circunstancia que permite que Santiaguito muestre señales de vida de manera casi constante».
En un proceso cíclico, la boca de ese cráter se sella y los gases calientes y el magma quedan encerrados. Las nuevas emisiones que se generan aumentan la presión hasta que se rompe la fumarola endurecida y salen los gases, el magma y las rocas sueltas.
Por último, la vulcanóloga resalta que estas erupciones nunca son iguales y explicó que si son pequeñas, solo expulsan cenizas o lanzan algo de lava que recorre pocos kilómetros, pero las más fuertes y peligrosas obligan a evacuar a los habitantes de los pueblos cercanos.
Con información de Actualidad RT