8 ideas de rutina de cuidado personal

En nuestro mundo acelerado, es fácil descuidar el cuidado personal. Sin embargo, desarrollar hábitos diarios de autocuidado puede beneficiar tanto nuestra salud física como mental.

Ya sea que sus hábitos de bienestar impliquen tomarse el tiempo para cocinar una comida saludable y nutritiva, salir a caminar por la tarde o mimar su piel todas las noches antes de acostarse, es importante que convierta estos rituales de cuidado personal en un hábito diario.

Primeros pasos para establecer una rutina de cuidado personal

Empieza a cuidarte esta misma noche. Mientras dormimos, nuestra mente puede estar inconsciente, pero tanto nuestro cerebro como nuestro cuerpo siguen trabajando para mantenernos sanos y asegurarse de que funcionemos a un nivel óptimo.

Da la bienvenida al día con un vaso de agua grande. Quizá sepas que el agua representa aproximadamente el 60 % de nuestro peso corporal, pero lo que probablemente no sabes es que cada célula, tejido y órgano necesita agua para funcionar. Un hombre adulto debe consumir alrededor de 15 tazas de líquido cada día, ya provenga del agua, otras bebidas o los alimentos, mientras que una mujer adulta necesita alrededor de 11 tazas.
Practica la gratitud. El autocuidado no significa únicamente cuidar nuestra salud física, también es importante proteger nuestra salud emocional. Comienza o termina cada día escribiendo algunas cosas por las que te sientas agradecido, ya sean cosas importantes como la salud de tu familia y tu trabajo, o detalles pequeños como ese jardín precioso que viste en la calle o el lanzamiento del nuevo álbum de tu grupo de música favorito.
Pasa tiempo en la naturaleza. Tomarnos un descanso a lo largo del día para salir a caminar alrededor de la manzana o dedicar unos minutos a observar las aves en el parque más cercano puede ayudarnos a reducir la velocidad, un hábito particularmente importante para las personas que viven en las grandes ciudades, donde los destellos de vegetación son escasos y lejanos.
Reduce el estrés planificando las comidas. A veces el momento de comer puede parecer una carrera de obstáculos, ya sea porque cocinas para toda la familia o simplemente porque no tienes tiempo para desayunar antes de irte al trabajo. Planificar tu menú a diario, de manera semanal o incluso mensual es otra manera de cuidarte.
Haz ejercicio físico. La lista de los beneficios del ejercicio es inmensa: mejora nuestro estado de ánimo^vi, reduce el riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca y mejora la circulación^vii, mejora la calidad del sueño, fomenta la salud sexual ^viii y nos ayuda a mantener el peso bajo control.
Limita el tiempo que pasas frente a las pantallas. Desde el ordenador portátil hasta el smartphone, pasando por el televisor y la tableta, a veces las jornadas parecen un juego de ping pong de una pantalla a otra. Por tanto,dedica unos minutos cada día a una breve desintoxicación tecnológica. ¡Deja tu móvil durante treinta minutos!.
Lleva una dieta saludable y balanceada. Si quieres obtener los nutrientes que necesitas para mantenerte saludable, solo tienes que incorporar en tu dieta diferentes alimentos y bebidas de los cinco grupos alimenticios (frutas, verduras, granos, proteínas y lácteos).También puedes consultar con tu médico la posibilidad de añadir a tu rutina un complemento alimenticio, como un multivitamínico, para asegurarte la cantidad adecuada de vitaminas y minerales esenciales.