El tiempo de la siesta perfecta entra en las consideraciones sobre la cantidad de sueño apropiada. ¿Cuánto se debe dormir al día? Es una pregunta que la ciencia del sueño lleva investigando décadas. Sabemos que dormir es esencial para nuestro organismo, aunque aún no tenemos del todo claro por qué.
Varía en función de la edad, pero lo recomendable suele oscilar entre las 7 y las 9 horas. ¿Pero y si hiciera falta aún menos? Un artículo de Magnet inquiere en los cálculos sobre esta vital inversión de tiempo.
Dentro del sueño diario la siesta ha sido relevante para muchas culturas. Permite disfrutar del poder vigorizante del sueño sin dedicar largas horas a la tarea. La siesta es una tendencia al alza en países donde solía pasarse por alto, cuando no ridiculizar sin disimulo. Desde Google hasta Huawei, son numerosas las empresas que han incluido la siesta en la rutina diaria de sus trabajadores.
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El tiempo dedicado a la siesta perfecta es algo que la ciencia ha tratado a menudo. La respuesta más precisa la ofreció un grupo de investigadores de la NASA : 26 minutos. El estudio analizó el rendimiento y la actividad fisiológica de pilotos espaciales en servicio. De este modo descubrió que poco menos de media hora de reposo contribuía a mejorar su nivel de alerta un 54%. Igualmente aumentaba su rendimiento laboral y efectividad hasta un 34%.
Siesta perfecta poderosa
Desde entonces otros estudios han ahondado en la cuestión. Este, publicado en 2008, descubrió que incluso «mini-siestas» de apenas 6 minutos contribuían a afianzar recuerdos y conocimientos en la memoria. Otros han buscado fijar el tiempo de la siesta perfecta, analizando el impacto de distintos periodos de sueño. Sus resultados también son significativos: la siesta de 10 minutos es la que más beneficios ofrece a nivel cognitivo y aliviando el cansancio. Suficiente para rendir mejor y postergar el sueño.
Ahora bien, debe ser precisa. Dormir 5 minutos apenas tiene impacto; y hacerlo hasta 30 minutos puede aletargarnos. Si sucede esto, entonces no percibiremos los efectos positivos del sueño hasta media hora después de despertarnos.
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Las siestas breves destinadas a mejorar el rendimiento se conocen como “power naps”. Su objetivo consiste en permitirnos breves descansos para recuperar los niveles de actividad y energía de las primeras horas.
El vínculo entre salud y dormir, más o menos, es bastante claro. De ahí que la idea de sueños precisos y muy breves, capaces de ofrecernos similares beneficios fisiológicos y mentales a los de una plácida noche, haya ganado tanta popularidad.
